Como dice el refrán, “Es de bien nacidos ser agradecidos”. El lunes 2-9-19 tuve un percance de salud muy importante en mi vida, empezando que iba acompañada de mi hija de corta edad (12 años) y se portó como un adulto. Me encontré con un fuerte dolor en el costado y me costaba respirar. Subí a la línea 4 con intención de acudir a Urgencias (sin darle mucha importancia al dolor). Dentro del bus el dolor cada vez iba a más y más y mi hija, muy asustada, pidió al conductor que parara el autobús y llamará al 112. Mi vida se iba en cuestión de segundos.

Quiero agradecer de corazón al conductor Juan Carlos Alfaro, y también la profesionalidad y personalidad de una enfermera, Carolina Cabello, que iba en el bus y en todo momento estuvo conmigo y con mi hija atendiéndome y tranquilizándome. Aún después de estar hospitalizada en la UCI, y durante 10 días, se interesó por mi estado en el hospital.

Agradecer también al equipo de Urgencias, UCI, y planta 3ª de Virgen del Camino y a todas las personas que he encontrado en mi camino. Da gusto que haya gente así, en nuestro camino diario de la vida. ¡¡¡Mil gracias de corazón!!!