Me despierto, son las 13 horas, hay 30 whatsapp, 20 son vídeos latinos diciendo que llega el apocalipsis y debes hacer las maletas (¿no fue en 2012?), y otro dice que en la vacuna insertarán nanorobots con fecha de caducidad, o que los Illuminati están manejando el planeta. Asimilo cualquier teoría conspiranoica a pies juntillas. Voy a pasear, no es la hora pero me da igual (el virus no está en la calle sino en las personas). Además, a las 8 de la tarde siempre quedo con la cuadrilla, vamos todos juntos sin mascarilla, menos uno que es un pringao acojonado. ¡Qué bien! Se suspenden las clases, ya tengo aprobado (me bajé de la Dark Web las respuestas a los exámenes y se las pasé a todos mis colegas, menos al pringao). Por primera vez he visto a mis padres en una manifa, protestaban porque llevan dos meses sin poder ir al campo de golf, ¡qué pasada! Iban con un palo hierro 5 y lo han traído doblado, si al menos lo hubieran estampado en la cabeza de un progre€ Y aquí seguimos con el pesado de Pedro Sánchez pidiendo otra prórroga para el estado de alarma, esta vez quiere un mes más. No sé cómo no ha cesado ya al tal Simón ese, podría seguir el ejemplo de Bolsonaro, o Trump, esos sí saben coger al toro por los cuernos para no hacer enfadar a los empresarios, uno de esos haría falta aquí para no desmembrar España en 17 cachos. Es que es llegar al poder los progres, y ahora de la mano de comunistas proetarras€ ¡Y España se va al carajo! Siempre lo mismo: ¡A regalar dinero al pueblo! A ver quién paga luego esta factura. ¿Subiendo la cuota al club de golf de mis padres? Bueno, termino aquí, porque son las 23 horas y empieza mi paseo nocturno solitario (pero libre de chusma y perroflautas).