Somos profesionales sanitarios que trabajan con niños y niñas con patología crónica compleja dentro de la Estrategia de atención a la cronicidad en la infancia implantada en Navarra en el año 2019.Este grupo de pacientes, con edades comprendidas entre los 0 y los 14 años de edad, presentan una amplísima variedad de patologías, de muy baja prevalencia pero de elevada complejidad. La unidad de atención está constituida por el niño y su familia, cuyo entorno experimenta un gran impacto a todos los niveles (emocional, social, económico, etcétera). El objetivo de esta Estrategia es el de atender de forma integral a este colectivo.Desde el inicio del confinamiento que nos ha tocado vivir por el covid-19, hace ya 3 meses, varias familias se han puesto en contacto con nosotras para expresar su preocupación por la suspensión de las terapias de rehabilitación motora que seguían sus hijos de forma semanal en las escuelas a las que acudían. Estas familias asumen múltiples cuidados diarios de estos niños, a lo que ahora se suma también la fisioterapia. Esto implica una importante carga y responsabilidad para sus cuidadores. La fisioterapia motora es esencial para evitar rigidices, espasticidad, retracciones, deformidades o incluso paliar un dolor crónico que responde mal al tratamiento analgésico habitual.Con el fin de encontrar una solución a la problemática de estas familias, nos pusimos en contacto con los profesionales responsables de estas terapias. Nos comunicaron que, aparte de la atención telemática, no existía ni se habían planteado nuevas propuestas para garantizar una asistencia presencial. Esta atención telemática resulta insuficiente ya que los cuidadores, en este caso los padres, no saben cómo valorar la evolución de los niños y les inquieta pensar que sus hijos estén empeorando en aspectos relacionados con la postura y el movimiento. Creemos que existen alternativas a esta atención, como sería la atención domiciliaria, adecuación de espacios, etcétera. De no ser así, y unido al periodo estival, este parón puede ir en serio detrimento de la salud de los niños. Desde el inicio del confinamiento hemos atendido a aquellos pacientes que han necesitado un seguimiento más estrecho, desde el punto de vista físico y social, con las debidas medidas de precaución, tanto en sus domicilios como en consulta hospitalaria habitual. En el momento actual, y una vez normalizada la situación, acuden a sus citas tal y como tenían programado. La vulnerabilidad que en ocasiones se argumenta para omitir estas terapias es el principal motivo por el que hoy pedimos una respuesta para ellos. Es precisamente esa vulnerabilidad lo que les hace más frágiles y más necesitados de atención. Mientras estas terapias no sean consideradas como verdaderos tratamientos, será más fácil poder prescindir de ellas. Creemos que es nuestra responsabilidad, dada la incertidumbre y preocupación que sienten estas familias, apoyarles en sus reclamaciones, ya que la Estrategia en la que trabajamos tiene como finalidad conseguir la atención integral y la mejora en su calidad de vida, y ésta pasa por garantizar un derecho fundamental, que es el de recibir los tratamientos que precisen.