omo ya es sabido, desde hace meses Podemos Navarra encara sus terceras primarias. Un hito que pone de relieve la juventud de esta organización popular que encara su sexto año de vida en la comunidad. Seis años muy duros, pero seis años de éxitos para Navarra que nadie puede negar.

Hace ya prácticamente dos años, y debido a los resultados electorales que cosechó nuestra organización en las elecciones del 2019, puse mi cargo a disposición del actual Consejo Ciudadano con el objetivo de que se valorara si este resultado provenía de una mala candidatura (la mía) y si, de ser así, debiera seguir siendo portavoz o no en el Parlamento Foral.

El respaldo fue unánime y pude sentir el apoyo de la organización a la que represento, así como recibir la necesaria re-legitimación para continuar con la labor que hoy desarrollo en la casa de todos y todas. Algo absolutamente necesario, desde un punto de vista personal, pero también muy importante en relación al análisis que de estos resultados se realizó en aquella asamblea.

Se pudieron analizar diferentes factores, que más allá del efecto Sánchez contribuyeron decididamente al resultado final; como la dificultad para dar una salida adecuada al conflicto interno, la escasa territorialización a nivel municipal, la pérdida de representación en la Ribera navarra, las dificultades que la propia dinámica interna supuso, a partir de nuestro segundo año de vida, en relación a la interlocución con la sociedad civil organizada o la dificultad para generar una plataforma confluyente a este lado del tablero político.

Todos ellos, sin duda, factores decisivos que hoy se presentan como retos ineludibles para la próxima coordinadora navarra y el Consejo Ciudadano entrante.

Desde que empezó el proceso de primarias en Podemos Navarra, muchas personas me han preguntado qué pienso hacer, sobre si me presentaré como coordinador o no, sobre si apoyaré a una candidatura o a la otra. Pues bien, la decisión está meditada y creo sinceramente que puedo sumar más desde una posición discreta y comprometida a nivel organizativo, participando en el tercer Consejo Ciudadano como un integrante más del equipo, un consejero más.

Respecto a si apoyo a una u otra candidatura, yo creo que a nadie se le escapa mi predilección por las listas de unidad como ejemplo de una dinámica constructiva en el ámbito de la izquierda, aunque en esta ocasión estoy convencido de la enorme deportividad de las candidatas a coordinadora de Podemos en Navarra, que dará lugar a un proceso de elección rico en matices y posiciones políticas.

Por todo esto, he decidido presentarme al Consejo Ciudadano fuera de listas. No tengo intención de influir en el resultado sobre el liderazgo futuro de Podemos apoyando a una u otra candidatura. Lo importante está en el día después, en el que todas, de una forma u otra, nos vamos a encontrar en una asamblea que debemos cultivar con compromiso, trabajo y unidad.

Necesitamos un Podemos impugnador, feminista, capaz de trasladar a la acción institucional vías posibles para la transformación de una sociedad que gira y gira hacia la derecha, no solo en Navarra, sino en el resto del planeta. Porque el mañana es nuestro, eso ya lo sabemos, pero lo de la libertad, igualdad y fraternidad hay que practicarla cada día. Hoy somos pequeños peces frente a los grandes escualos, pero recordemos muy bien que un banco de peces pequeños y bien coordinados supera con creces en peso e inteligencia al más despiadado de los tiburones blancos.

No a la resignación, salud y red-publica!!

El autor es parlamentario de Podemos