Cuando vemos el final de un curso escolar los que estamos en contacto con jóvenes de entre 12 y 19 años nos vamos despidiendo sin decirlo de nuestros alumnos/as, controlamos nuestras emociones y cansancio al máximo para que estos jóvenes, nuestros jóvenes, tengan la sensación de que terminan un curso mejor de lo que lo empezaron. Terminan más capaces, más fuertes, más empáticos, más responsables, más autosuficientes, más interesados por su entorno, más reforzados por la convivencia con otros compañeros y por aprender a ajustar las velas cuando no se puede cambiar las situaciones adversas. “If we cannot control the wind, we should adjust our sails”.Quisiera desde este espacio y en este momento de exámenes globales, pruebas y emoción por las vacaciones cercanas, darles las gracias y valorar esas miradas que cada lunes nos cruzábamos con nuestra mascarilla y distancia. La ilusión en los ojos de Imanol, la profundidad en la mirada de Omar, la dulzura de Eric y Aitor, la simpatía y espontaneidad de Ilias y Jokin, la seriedad de David S, David A y Daniel, el misterio en la mirada de Dima, la luminosidad de Victor, el cansancio y lucha de Aritz y Alejandro, la alegría de Aiman y Eneko, la cautela de Xabi, la entereza de Joel, la elegancia de Willy, la personalidad y el espíritu de superación de Lucía y Cristian y el recuerdo de Bryan. Sin ellos y sin sus miradas este curso no habría sido el mismo.Algunos despedirán a sus tutores y profesores por última vez. Hora de cerrar etapas, buscar la profesión deseada. Todos beautiful en clase con Aitor, Ainara, Álvaro, Aimar... “speak nice, be nice because it is free”. Para los profesores la satisfacción de que terminamos un camino duro de acompañamiento, experiencia y adaptación constante en un momento triste marcado por la pandemia.Les dejamos poner el contador a cero, les deseamos unas vacaciones llenas de planes y sueños. Algo en su corazón está brotando porque hemos sabido llegar hasta aquí juntos, con nuestras miradas, problemas e ilusiones. También con la sensación de llegar a junio con el deber cumplido, se lo debemos a las familias y a todos los que han hecho posible seguir cada día sin bajar el ritmo. Nuestra orientadora, nuestro equipo de limpieza, jefes de estudio... todos cansados, unidos y felices por llegar a destino.Gracias a todos los /las jóvenes de ciclos, ESO y Bachiller de mi centro y enhorabuena por haber llegado hasta aquí hoy y ahora. Os toca poner el contador a cero y volver a ajustar nuestras velas porque no podremos cambiar el pasado pero sí pelear por conseguir nuestros sueños.

*En nombre de los tutores de Bachiller de un centro escolar