Ahora que está de moda que la chavalería vaya por la calle con unos aparatos atronadores escuchando sus músicas a todo trapo con absoluta falta de respeto y urbanidad, reivindico el toque de campanas en nuestros pueblos y ciudades. Puestos a escuchar sonidos en la vía pública, me quedo indefectiblemente con el sonido de las seculares campanas.Las campanas forman parte de nuestro patrimonio cultural y artístico. Son la expresión ancestral del sentir del pueblo. Son el WhatsApp de nuestra historia.Al escuchar las campanas en sus variados toques, el corazón evoca lo mejor de nuestras vidas.¡¡Vivan las campanas y vivan las personas campaneras que las hacen voltear!!Un cordial saludo a la Asociación de Campaneros y Campaneras de nuestra querida Pamplona. ¡¡Larga vida al bandeo de campanas!!Amigos sacerdotes y fieles, a bandear sin complejos.Ayer escuchamos un imponente concierto de campanas a las 12 del mediodía y la Vieja Iruña bailó de alegría con su son.