El sábado fue un día grande. Fuimos a un pueblo en las faldas de Erreniega (el Perdón). Teníamos una cita a la que no podíamos faltar. Fuimos a Subiza a estar con nuestro amigo Txapela, Iosune, su familia y todo un pueblo volcado. Hacía un tiempo de perros; nevaba, pero ahí estuvimos. Lo primero que nos dijeron nada mas llegar -y nos lo repitieron a lo largo de la noche varias veces y diferentes vecinos- es que había camas para dormir. Impresionante tanta generosidad, tanta amabilidad, y todo por la causa, por Txapela y por la ELA. Estos actos son los que mueven una sociedad, un país; no los políticos, no la gente que se cree importante. Aquí no se juegan votos, presupuestos, puestos en los consejos de administración... Aquí hay sentimientos, solidaridad y apoyo. Gracias a Txapela, a su familia, a toda la gente que está detras de la ELA y otras enfermedades y que hacen que nos sintamos importantes. Así me sentí el sábado, emocionado, triste pero contento, y muy agradecido. Un gran día. Eskerrik asko Subiza. Beti bihotzan Txape!!