Antes de que mi memoria se resienta, quiero recordar un tiempo en el que me enfrenté a aquello que me parecía injusto y, con satisfacción, viví los logros en aspectos laborales, sociales y sanitarios. A estos últimos, precisamente, quiero referirme ahora.Pertenezco a un barrio de Pamplona envejecido, nos dicen. No por ello, cada uno de sus vecinos y vecinas afrontamos nuestro día a día y hemos contribuido al progreso de esta ciudad. Sin embargo, en los últimos años hemos visto cómo se ha ido deteriorando la atención a los usuarios del centro de salud de San Juan y ahora, desde hace meses, sufrimos una falta de protección de uno de nuestros derechos: el de la salud. ¿Dónde están las citas bien gestionadas con tu médico de cabecera en las que no hacía falta estar insistiendo con llamadas telefónicas para que una persona no sanitaria te atienda?¿Dónde está la calidad de una sanidad en la que jamás se hubiera aceptado ver colas en la puerta de un centro de salud para ser recibido?¿Qué ha sido del sentido común y del respeto a unas personas mayores que deben esperar en la calle más de una hora, a pesar de que su estado físico está ya resentido?Pido que busquen soluciones ante esta situación, seguramente haga falta más contratación de personal. Sobran excusas cuando un principio fundamental se somete a un deterioro inaceptable.