Hace unas décadas, una persona decía que había conocido consumir energía eléctrica producida en la presa de un modesto molino, y comentaba con ironía: el cable que la transportaba iba de un boj a un avellano y ahora (entonces) con modernos postes seguía faltando el suministro.Pasadas décadas la historia se repite. Basta que haya un temporal normal, nada excepcional, y ya están los cortes de luz.En mi opinión, esto es consecuencia de un deficitario mantenimiento de las líneas, a pesar de que pagamos de las energías eléctricas más caras de Europa. Sabemos quién se sienta en los consejos de administración de esas empresas, y cuál es su único objetivo. Hay partidos políticos que piensan en la necesidad de crear una empresa eléctrica pública, yo también, que venga poner orden en este desmadre, con una competencia ficticia, cuando no pactada. ¿Qué libertad tenemos los consumidores? A los que privatizaron la energía eléctrica, esta libertad no les importa. Les importa más ir de cañas en medio de una pandemia. Vamos, patético.