Este es un país en el que nadie sabe nada. No nada de nada sino nada de lo suyo. Nada es verdad y todo es un complot. "Esto no es una trama del Partido Popular sino una trama contra el Partido Popular" (¿os acordáis de Mariano Rajoy, rodeado de toda la plana mayor de su partido?). Luego les han caído desde lo alto de la tramoya varias sentencias condenatorias.Aznar no se acuerda del Gobierno que presidió, la mayoría de cuyos miembros fueron condenados por unas u otras cosillas. Ni de los mensajes que envió a la prensa el día de los atentados de Atocha achacándolos a ETA.Sanchez Galán (de Iberdrola) no conoce a Villarejo y no sabe nada del caso.Ni Margarita Robles ni Fernando Grande-Marlasca saben nada de Pegasus. Bueno, lo de Robles escudándose en la Ley de Secretos Oficiales viene a ser como la inviolabilidad en el caso de los chandríos del emérito.Ayuso no ha visto a su primo desde que eran pequeños.Cuando le comentas a Almeida algo sobre el suyo, mira al cielo y dice "¿qué primo?".Núñez Feijóo, como buen galego, no se ha enterado todavía de que existe Vox.A los mendrugos de las mascarillas de Madrid les ha desaparecido el dinero y, con cara de extrañeza, se meten las manos en los bolsillos como comprobando si tienen un agujero o algo.Es siempre lo mismo, se repite una y otra vez hasta el aburrimiento. Al Partido Popular se le multiplican las tramas contra el Partido Popular; el Gobierno nunca sabe nada de las tramas que le crecen en las champiñoneras policiales; los pijos son pijos porque los han hecho pijos y lo único que saben es dónde tienen anotado el número de teléfono del conseguidor al que necesitan llamar en cada momento; los políticos son cada vez más mediocres, sin recursos intelectuales ni ingeniosos, mucho menos de conocimientos ni siquiera nivel tertuliano. Es penoso y de una gravedad que traerá consecuencias irresolubles, de las que ya vemos la avanzadilla.Pero es que el resto de paisanos, mientras echamos unas cervezas, citamos a Rinconete y Cortadillo y hacemos unas risas. Luego todo pasa y a esperar la siguiente.