Quisiera mandar un saludo a Koldo Berasategi y demás lectores que siguen mis escritos. Tu saludo del día 22 de abril en Diario de Noticias me permite estar la mar de contento a pesar de estar vencido de tanto hacer frente al mar y a su oleaje. No está mal que a mis 89 años, aparte de mis hijos, alguien se acuerde de mí. Para mí, eres un hijo más. Te deseo toda la suerte del mundo, que nuestro Dios te permita vivir una vida completa. Mis 89 años pesan como un saco de cemento en mis débiles espaldas. Hace un mes tuve una caída, y mis facultades se convirtieron en dificultades, estoy en tratamiento médico. Pero no puedo dejar pasar la oportunidad de agradecer tu afectuoso saludo.
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