No más uñas de colores incrustadas en la caja del dolor. No más vidas físicas sacrificadas en el altar de la patria. No más viudas a destiempo, desgarro sobre los ataúdes de madera. No más derroche de heroísmo, futuros sellados bajo la enseña azul y amarilla… ¡Paz por territorios ya!

Su dolor es nuestro dolor, incluso cuando la caja está cubierta con la otra y hoy triste bandera del invasor. Todas las lágrimas son nuestras, por más que hayan brotado de otros ojos sólo aparentemente más ajenos. El 15% del territorio ucraniano aún hoy en manos rusas no merece esta sangría humana, esos paisajes desolados, esa geografía de escombros e infierno.

Finlandia ya cedió tras la Guerra Mundial un 10% de su territorio a Rusia y ha podido mantener desde entonces una paz estable con su expansionista vecino.

A un año del inicio de la invasión de Ucrania, se hace preciso explorar vías de negociación que pongan fin a esta cruel guerra que tantas víctimas se ha cobrado ya. El cese de las hostilidades y la búsqueda de la paz se hace cada día más imperativo.

Ucrania ya ha triunfado en los más importantes terrenos de la ética y de la opinión pública internacional. Paz por territorios, puede ser una muy digna salida para Ucrania ante una situación tan comprometida, grave y lacerante. Ni uno ni otro lado tiene fuerzas suficientes para alcanzar la victoria y ello implica una guerra larga con resultado incierto y un coste muy alto de vidas.

Cada vez más analistas coinciden que es muy difícil acabar con el conflicto en el campo de batalla. De momento Rusia va a seguir echando mano del armamento convencional, ¿pero de qué no puede ser capaz Putin cuando éste se le acabe...? ¿Quién puede asegurar que este dirigente de tan escasa ética no esté dispuesto a inmolar a propios y ajenos con tal de no ceder…?

Quizás debamos elevar la mirada por encima del terreno físico y la bandera que clavamos en él. La conciencia ganará el terreno que hoy es preciso ceder en el ámbito de la negociación.

Ucrania ya ha vencido, ahora es preciso avanzar hacia la paz. Rusia está despertando poco a poco. Más en ello, más en el millón y medio de traidores que han dejado plantado a Putin y huido, más en la necesaria mesa de negociaciones nuestra esperanza que en el rearme artillero del ejército ucraniano. ¡El dolor inmenso de la guerra traiga su debida recompensa de amor y de luz! ¡La paz prevalezca para siempre en la tierra!