El próximo jueves se aprobará la Ley de Vivienda en el Congreso de los Diputados de España, tras el anuncio, hace dos semanas, del acuerdo de EH Bildu y ERC con el Gobierno español. Nos lo han vendido como un conjunto de medidas que garantizará “la vivienda digna por ley”, pero, detrás de los grandes titulares, la letra pequeña nos ofrece más pistas. Veamos:

  1. Subir el alquiler un 3 % más no es bajar los precios. Y es que, con esta ley, el encarecimiento del alquiler que ronda el 50 % en los últimos 10 años quedará fijado, y las subidas de los próximos años se limitarán, pero de ningún modo se bajarán los precios.
  2. Atrasar algunos desahucios no es acabar con ellos. Medidas similares llevan muchos años en vigor y su inconsistencia es evidente: se ejecutan miles de desahucios anualmente. Con la actual redacción del texto, en el mejor de los casos se alargarán en el tiempo algunos desahucios, pero estos continuarán sucediendo.
  3. Se podrían mencionar otros vacíos de esta ley y los beneficios que se contemplan para los rentistas, pero, a modo de resumen: solo podemos entender estas medidas superficiales como propaganda electoral de cara a las elecciones, muy lejos de proponer una solución real al problema de la vivienda.

Lo que nos ofrecen los partidos parlamentarios es humo e instrumentalicación de las luchas sociales. Frente a ello, nuestra única opción es organizarnos fuera de su influencia. Decir no a otra farsa electoral y contraponer a esta ley las reivindicaciones de bajar el precio del precio del alquiler y suspender definitivamente todos los desahucios. Por esta razón nos vamos a movilizar este miércoles 26 en Bilbao, en la concentración que hemos convocado los Sindicatos de Vivienda de los Consejos Socialistas de Euskal Herria.

*El autor es miembro del Consejo Socialista de Iruñerria y el Sindicato de Vivienda