Una de las asignaturas, más bien doctrinas, que imparten en la FAES de Aznar es Cómo permanecer impasible e impertérrito ante los ataques -aun fundados- de nuestros enemigos políticos y medios comunistas en general. Es un título un poco largo porque incluye en sí mismo la filosofía y la finalidad del curso de marras, al que están obligados a asistir todos los afiliados con cargos o semicargos y a actualizarse cada cinco años, por si a alguno se le empieza a torcer el gesto ante preguntas de periodistas especializados en malmeter. A Feijóo no le había dado tiempo a asistir a este curso cuando se enfrentó a Silvia Intxaurrondo y por ello salió como salió de la experiencia. Entre otros contenidos, los más agradecidos, por prácticos, suelen ser los siguientes:

1. No dejar de mirar a los ojos del periodista cuando pregunta por los casos de corrupción del partido, y desviar la atención hacia los EREs del PSOE andaluz. Sin crispación, como si se tratara de una cosa natural; que no parezca un y tú más sino un comentario de ascensor.

2. Ante preguntas relativas a los pactos con Vox, referirse a los acuerdos que Sánchez ha firmado a lo largo de la legislatura con independentistas, rompepatrias y filoetarras, sin los que no habría podido llegar ni mantenerse en el Gobierno.

3. Si nos atacan con los indultos (Vera y Barrionuevo y otros casi 6.000 de Aznar) y amnistías (como la de Montoro de 2012) que ha firmado nuestro partido mientras gobernaba, no hay problema. Siempre podemos recurrir a los también casi 6.000 que firmó Felipe González durante su mandato, aunque ahora se las dé de antiamnistías con carita de no haber roto un plato en su vida.

4. Si nos sacan a colación aquello que dijo Aznar sobre el Movimiento Vasco de Liberación o el acercamiento que hizo de presos, hablaremos de que fue en otro contexto y ejemplo de la generosidad que había que ofrecer para acabar con la lacra de muertes que se había convertido en habitual por aquellos años.

Y así casi todos los puntos del curso. Los asistentes salen tan mentalizados que cuando algún vecino les hace comentarios sobre el tiempo en el ascensor, les suele salir algo parecido a “peor están en Andalucía, con los EREs y todo aquello…”.