Una vez más, las personas más vulnerables pagan el pato de la falta de previsión y desorganización de las instituciones, y lo pagan con sus cuerpos mojados y ateridos de frío durmiendo en la calle entre ratas y escombros.

El pasado sábado 25, varias asociaciones locales organizamos una recogida con carácter de urgencia para proveer de sacos de dormir y mantas a las numerosas personas que pasan las noches al raso en estos fríos días de invierno. La ciudadanía trajo 42 sacos y otras tantas mantas que directamente se entregaron a los numerosos jóvenes que sufren la desidia y el olvido de las instituciones. Calculamos que a día de hoy hay unas cien personas en situación de calle, la mayoría jóvenes magrebíes de entre 18 a 35 años, aunque también algunas mujeres muy vulnerables.

Se incumple así la Ordenanza de Alta Exclusión del Ayuntamiento y el Protocolo de Frío que establecen que “ninguna persona tenga que dormir en la calle cuando hace frío extremo”, activándose “siempre que la temperatura sea de 3 grados centígrados o menor” o” con lluvia intensa, nieve…”. Estos parámetros se están cumpliendo en estas últimas noches y docenas de personas siguen durmiendo en la calle en condiciones infrahumanas, algunos enfermos -vivir en la calle les enferma- y con miedo constante.

A todo esto hay que sumar la anulación de citas en la Oficina de Alta Exclusión del Ayuntamiento de Pamplona y la demora en recibirles o en proporcionarles empadronamiento, mero trámite que verifica que están viviendo en Pamplona, aunque sea en la calle, y que les abre la puerta a unos mínimos recursos humanitarios, como sanidad o alimentación. Se fomenta así el mercadeo y la venta de padrón, a 600 euros/año según nos dicen, por parte de oportunistas sin escrúpulos.

El Departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra dice que en breve tiene previsto habilitar un espacio de cincuenta plazas para periodos de uno o dos días. Esperamos que el espacio se abra lo antes posible y no sólo para uno o dos días, así como que acoja a todas las personas que lo necesiten.

Agradecemos públicamente la solidaridad de la ciudadanía y exigimos a las instituciones, Gobierno y Ayuntamiento, que den cobijo a estas personas, porque detrás de los números anodinos se ocultan personas como Mohamed, Ibrahim, Fátima, Mariam, Khalil, Amid o Abdel. Son personas que arrastran un duro peregrinaje y cuyo único delito ha sido migrar para trabajar y lograr un futuro mejor para ellos y para la sociedad en la que residen.

*En representación de PIM-MIG, Oxfam Intermon, Apoyo Mutuo, SOS Racismo y París 365