Posteriormente al artículo que se publicó en Tribunas han salido publicaciones en el periódico La Razón que recogen las últimas declaraciones del autor de la ceremonia y expertos en el tema: “El director de la ceremonia de los juegos olímpicos desmiente que su inspiración fuera La última cena”. Thomas Jolly asegura que su fuente de inspiración fue el banquete de las divinidades griegas, negó que la parodia que nos ocupa se inspirase en la obra de Da Vinci. “No fue mi inspiración”, apuntó en una entrevista. Creo que fue bastante claro. “Está Dionisio que llega a la mesa, porque es el dios de la fiesta, del vino, y el padre de Sequana, la diosa del río Sena”. Al contrario, dijo Jolly, la idea era “organizar una gran fiesta pagana vinculada a los dioses del Olimpo, por el Olimpismo. Nunca encontraréis en mí ningún tipo deseo de burlarme ni denigrar nada en absoluto. Quería una ceremonia que reparara y reconciliara”.
De esta manera, si bien el artista no ha mencionado la obra exacta en la que se inspiró, los historiadores del arte franceses y neerlandeses han señalado que la obra de Van Bijlert El banquete de los dioses, es la que más afín es escénicamente al acto de la ceremonia. En dicha pintura, se representan a las antiguas deidades griegas reunidas en torno a un banquete en el Monte Olimpo.