El sábado pasado, 14 de septiembre, DIARIO DE NOTICIAS dedicó casi una página a la papelera San Andrés de Atarrrabia en la cual reflejó y dejó constancia de una denuncia presentada por vecinos sobre los olores nauseabundos que venimos soportando cada vez con mayor frecuencia.
El artículo era de justicia y desde aquí queda nuestro agradecimiento, pero sin embargo considero que la denuncia además de justa era también escasa. Los problemas que para Atarrabia representa la fábrica de papel tocan otros aspectos a demás del mencionado tufo. No se trata solamente de “reducir o minimizar los olores”, se trata de que 10.000 vecinos merecen un respeto por parte del Gobierno y del Ayuntamiento, y debe optarse por una solución definitiva a este y otros problemas derivados de la fábrica.
La fábrica está en la zona de mayor tránsito del pueblo y los camiones dificultan el paso de sillas y cochecitos por la acera, es bastante habitual que un camión, en espera, aparque en la parada del bus. La fábrica está en funcionamiento las 24 horas del día y toda la semana funciona con las puertas abiertas casi siempre (acaban de instalar una puerta más recia, prometida hace tres años, con la idea de que no salgan los ruidos directos de la bobinadora y en los diez días que lleva instalada todavía no se ha cerrado), Incontable cantidad de camiones (ahora mismo en 15 minutos han llegado tres), entran en el pueblo y realizan maniobras prohibidas como cruzarse en la calzada a la entrada del puente para ir marcha atrás al muelle, un poco más arriba circulan marcha atrás unos 100 metros por la calle San Andrés ocupando las dos direcciones, provocando atascos y mucho ruido por las maniobras y acelerones. La Licencia Ambiental Integrada que le otorga el departamento correspondiente del Gobierno de Navarra, pareciera que le permiten todos estos atropellos en los que seguramente también tendría algo que decir el Ayuntamiento porque esto sucede en la factoría de San Andrés, pese a estar situada a 100 metros del centro del pueblo, a la misma distancia de un colegio y de la plaza, incluido el propio Ayuntamiento y de estar rodeada de viviendas en una zona de expansión en los últimos 20 o 30 años. Ahora el olor, fétido olor.
¿Parece que el problema tiene otra dimensión, verdad? El pueblo y la Administración tienen que reivindicar un pueblo más agradable para vivir. Entender que esta parte del pueblo somos también pueblo con derechos. Que no somos únicamente un espectáculo cuando llegan las inundaciones. Pido solidaridad a nuestras demandas: que esta fábrica debe ir buscando un nuevo lugar donde ubicarse, mejor un polígono industrial, y el pueblo ganaría en estética y calidad de vida, disminuiría el tráfico pesado, no tendríamos olores y el ruido sería menor. Así el pueblo tendría, también, opciones atractivas para nuevas construcciones de viviendas y nuevos vecinos. Hoy el pueblo no resulta atractivo cuando llegas a él desde Huarte. Urge una solución.
Agradezco la publicación en este medio y espero que las quejas manifestadas también sean incorporada en el expediente del Defensor del Pueblo y a la vez cuestione las formas de proceder respecto al tráfico y ruidos por parte del Ayuntamiento. Gracias, eskerrik asko!
*El autor es vecino de la papelera de San Andrés