Como estudiante de Enfermería me preocupa seriamente el creciente número de jóvenes afectados por enfermedades de transmisión sexual (ETS). Este problema de salud pública ha incrementado notablemente, y es vital que tomemos medidas para abordarlo desde la prevención, la educación y el acceso a servicios de salud.

Las estadísticas muestran que las ETS son existentes entre los adolescentes y adultos jóvenes. Factores como la falta de educación sexual integral, el bajo uso de métodos de protección como el preservativo, y el estigma en torno a las pruebas y tratamientos de ETS, nos hacen ver esta situación. Es fundamental que los jóvenes reciban una educación que no solo informe sobre los riesgos, sino que también promueva el autocuidado, la responsabilidad sexual y el respeto mutuo en las relaciones. La labor de los profesionales de la salud es clave en este contexto. Las enfermeras juegan un papel fundamental al proporcionar información confiable y fomentar una cultura de prevención. Debemos insistir en campañas educativas dentro y fuera de las instituciones educativas, así como en garantizar que las pruebas y tratamientos sean accesibles para toda la población.

En resumen, la promoción de una educación sexual integral y la sensibilización sobre las ETS son esenciales para reducir su incidencia entre los jóvenes. Hago un llamado para que se refuercen las estrategias de prevención y apoyo en nuestra sociedad, para prevenir y tratar dichas enfermedades.

Estudiante 4º Enfermería UN