Creo que nuestros hijos no viven peor de lo que vivimos nosotros. Tienen una gran preocupación por la vivienda. Nosotros y nuestros vecinos vivíamos 5, 6, 7 personas en viviendas de 60 metros cuadrados, la habitación era compartida con hermana y abuela, no teníamos ordenador, ni móvil y estudiamos en la cocina. Tampoco teníamos coche, nos desplazamos al trabajo andando o en transporte público. Como empezamos a trabajar a los 14 ó 16 años, compartíamos con estudios nocturnos en muchos casos.

Ahora estudian y disponen de dinero para los fines de semana y la mayoría ha viajado al extranjero en viajes de estudios, Erasmus, nuestros padres como ellos no viajaban ni se nos ocurría pedirles dinero para hacerlo nosotros.

Pretenden tener una vivienda para una persona sola, la mayoría de la juventud hasta ahora, si salía de casa para estudiar o trabajar en otro lugar fuera del domicilio familiar, era en pisos compartidos con dos o más compañeros, eso de querer vivir solo-a es una moda nueva que antes no nos podíamos permitir.

Lo que ahora tienen más difícil es el trabajo, es más temporal. Hay sectores emergentes que tienen demanda de empleo que no pueden cubrir porque no hay gente preparada y trabajos que la juventud autóctona, más exigente, no quiere hacer. Desde luego, lo que no te dejaban antes era estar en casa sin hacer nada.