En mi carta publicada el pasado 2 de septiembre, titulada Una escuela para Erripagaña, pero no para sus vecinos, cometí un error que deseo subsanar: afirmé que los vecinos de Burlada contaban con prioridad en la admisión por pertenecer el centro a su ayuntamiento. He comprobado que no es así. La escuela depende del Gobierno de Navarra, y por tanto los vecinos de Burlada no tienen más puntos que el resto, sino exactamente los mismos. Pido disculpas por esta inexactitud, fruto de una confusión personal.

Dicho esto, la reivindicación de fondo sigue plenamente vigente. Es injusto que quienes vivimos en Erripagaña no tengamos prioridad en la admisión de nuestros hijos e hijas en la escuela infantil del propio barrio. El actual sistema de baremación otorga puntos por cercanía según el municipio de empadronamiento o, cuando el centro depende del Gobierno de Navarra, los iguala para todos, sin reflejar la realidad de la proximidad.

Invito al Gobierno de Navarra, al Departamento de Educación y a las autoridades competentes a reflexionar sobre un sistema que muchas familias consideramos injusto. El criterio de cercanía debería responder a la vida cotidiana y no a límites administrativos. La admisión en las escuelas infantiles de nuestros hijos e hijas no debería ser una lotería, sino una oportunidad para fortalecer la cohesión vecinal.

Muchas gracias por la atención, y deseo que esta rectificación contribuya también a abrir un debate constructivo en favor del bien común.