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Vuelta al curso

Vuelta al cursoPexels

Ahora que ya ha empezado el curso, los jóvenes volvemos a enfrentarnos a una rutina que, aunque se renueva cada septiembre, arrastra las mismas exigencias de siempre. Se habla de cambios en el sistema educativo, de nuevas metodologías, de adaptaciones a la realidad del alumnado.

Pero en el aula, seguimos memorizando, repitiendo y corriendo contra reloj hacia un examen que decidirá si podré entrar a una universidad que aún ni siquiera he elegido.

La presión académica no es solo cuestión de exámenes. También es tener que elegir optativas con 15 años que condicionan tu futuro, decidir entre Bachillerato o FP sin apenas conocer el mundo laboral, para más adelante, escoger un grado universitario como si ya supieras qué quieres hacer el resto de tu vida.

A veces parece que se nos exige tener claro quiénes somos antes de haber tenido tiempo de descubrirlo.

Mientras tanto, el ocio se convierte en un lujo. Se acumulan tareas de todas las materias, y no por culpa de los profesores, que bastante hacen por adaptarse al tiempo limitado que tienen para cubrir el temario.

Pero como ese tiempo nunca alcanza, nos toca completarlo en casa, sacrificando nuestro tiempo libre… y también el que no lo era. Quizás deberíamos recordar que ser adolescentes no significa solo ser estudiantes.

Y para quienes piensen que todo esto es una exageración, que estoy malgastando el tan valioso tiempo del que hablo en escribir esto, quiero que sepáis que, en efecto, este comentario también se trata de una tarea.