Práctica innecesaria con nuestros recién nacidos
Soy abuela de un bebé de seis meses al que nada más nacer en la maternidad del Complejo Hospitalario de Navarra, y sin tener ningún problema, le cortaron el frenillo sublingual.
Según dijeron, era una “medida preventiva” para evitar posibles problemas de lactancia o pronunciación. La intervención se hizo como un trámite rutinario, sin tener en cuenta los riesgos.
El resultado fue lo contrario de lo que se prometía: la intervención se realizó mal. Por otro lado, no disponen todavía de personal para dar seguimiento a estas frenectomías.
Sus padres deben hacerle ejercicios de rehabilitación a diario y, si no mejora, necesitará tratamiento con un logopeda. Lo que se suponía que era preventivo, ha acabado creando un problema, insisto, que no existía.
No somos pocas las familias que hemos sufrido este problema. Sé de otros bebés con el mismo resultado después de esta intervención. ¿De verdad es tanta la evidencia médica como para someter a un bebé sano a una intervención de este tipo?.
Esta práctica se ha convertido en una costumbre rutinaria que se realiza sin la preparación ni la cautela necesarias, vistos los resultados. No se puede seguir permitiendo que se realicen este tipo de intervenciones por costumbre o comodidad del sistema cuando no existe el problema.
El hospital debe revisar sus protocolos y priorizar la prudencia y el respeto a las familias. Porque un recién nacido sin ningún problema no necesita una tijera.
Necesita ciencia, respeto y humanidad.