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Mucho más que un partido de fútbol

Las mejores imágenes del ambiente festivo por PalestinaGaizka Portillo

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El pasado sábado el campo de San Mamés, lleno hasta rebosar, fue el escenario de un partido amistoso entre la Selección Vasca y Palestina. Pero, a diferencia de lo que ocurre en otros casos, el resultado de ese partido carece de relevancia. Y es que lo que se vivió el sábado en Bilbo, tanto dentro como fuera del campo de fútbol, transciende por completo el ámbito deportivo.

Lo verdaderamente relevante es que el sábado la capital bizkaina se convirtió en el epicentro de la solidaridad, con mayúsculas, de todo un pueblo, el pueblo vasco, hacia otro pueblo hermano, el pueblo palestino, el cual está siendo objeto de un genocidio y de un intento de exterminio. Un pueblo al que llevamos en lo más profundo de nuestro corazón y al que sentimos muy próximo a pesar de la distancia física.

Este sábado fue una jornada inolvidable en la que se reivindicó, también, el derecho que deberían poder ejercer todos los pueblos para elegir libremente su futuro. Un derecho que, desgraciadamente, viene siendo negado sistemáticamente, tanto al pueblo palestino como al pueblo vasco y a tantos otros pueblos que se encuentran sometidos, colonizados o invadidos. Pueblos entre los que cabe hacer una especial mención al pueblo saharaui en estos días en los que se cumplen cincuenta años de la Marcha Verde.

Más allá de los intereses y de la intolerancia de los diferentes estados, que se empecinan en negar algo tan legítimo como es el derecho a la libre autodeterminación de los pueblos, el sábado pasado los pueblos vasco y palestino se fundieron en un único pueblo para abrazarse y gritar al unísono: Gora Palestina! Gora Euskal Herria! Gora herri askeak!