Síguenos en redes sociales:

Un mal día

Una pasa los años entre días de lo más normalitos, con jornadas que recuerdas fantásticas y otras malas o muy malas. De manera que cuando vives una semana de asco por culpa de un trancazo, te quedas como vacía, con rabia por el tiempo perdido, hasta que de pronto te enteras que hay quien ha pretendido lesionarse por culpa de un desengaño amoroso.

No conozco los detalles, ni quiero, pero las crónicas hablan de un joven que se plantó en una calle de Huarte y amenazó con acuchillarse. Permaneció en medio de la vía pública largo rato mientras la policía intentaba que dejara el arma. Una hora después, tal y como se observa en los vídeos grabados y colgados en las redes sociales, un agente le lanzó una pelota de espuma que le tiró al suelo, momento en el que otros se abalanzaron para reducirlo.

Esta persona, que fue trasladada al hospital con un hematoma leve, sí que tuvo un mal día. Quiero imaginarla dolorida y abochornada, aunque no sé si sólo siente vergüenza por la que montó o continúa tan derrotada por su desengaño que no puede ver más allá. Sea lo que sea, se le pasará. Un día te levantas y ya no tienes fiebre y, en otro orden, una mañana se despertará y aquella mala noche de jueves se habrá convertido en un raro sueño.