Las páginas de sucesos son el perfecto reflejo de algunas de las zonas oscuras en las que nos toca vivir. Allá aparecen cada día las detenciones y juicios por variados delitos o los atropellos en las vía pública, por ejemplo. Pero, de vez en cuando, entre tanta penosa realidad surgen pequeñas noticias en las que los detenidos, mas que presuntos, parecen ineptos.
Este jueves supimos de la condena a un menor por robar por el método del tirón y huir en bicicleta. Dice la crónica que logró su objetivo en una ocasión, pero en su segundo intento la víctima agarró con fuerza el bolso y el chaval acabó en el suelo, por lo que escapó dejando su vehículo abandonado, y lo mismo le ocurrió en una tercera tentativa. Podríamos decir que la puntuación final para el ahora condenado fue un bochornoso: bolso +1, bicis -2, golpes contra el pavimento +2.
Aún más asombrosa es la historia del joven detenido por tráfico de drogas desde una bajera de Pamplona, donde la Policía Foral encontró además una pistola. Parece ser que el protagonista había estado amenazando a vecinos del barrio, incluso exhibiendo un arma de fuego real, y para más inri hacía gala en sus perfiles de redes sociales de traficar con marihuana, de cantidades de dinero y del arma que tenía. Hace falta ser?