¿se imaginan un partido de Champions entre el PSG y la Juve donde un árbitro británico exigiera a jugadores y técnicos el uso del inglés, alegando su desconocimiento del francés e italiano? Tras el escándalo, lo más probable es que no habría durado un minuto más la carrera internacional del colegiado. Dudo que le ocurra nada equiparable al fulano que, al parecer, prohibió bajo amenaza de expulsión hablar en euskera a jugadores y técnicos de dos equipos guipuzcoanos en un partido de Preferente. Supongo que le estarán haciendo ya la ola todos los manolos del bombo del idioma hispano, esos mismos que bramarían indignados si el perjudicado por el hipotético caso del principio fuera, por ejemplo, el Real Madrid. ¿Qué prefieres, un buen árbitro o un árbitro que sepa euskera?, preguntarían AFAPNA o UGT de Navarra. Tan pésimo árbitro era éste que ni tan siquiera conocía la lengua normal de uso de los jugadores a los que pretendía fiscalizar. Parece que el sujeto en cuestión procede del sur del Estado y lleva poco tiempo en estas latitudes. Seguramente, dirá que lo hizo para no ser “discriminado”. No hay escapatoria en la lógica del supremacismo castellano: si no utilizas tu idioma, no sirve para nada, y lo mejor es no aprenderlo. Si lo utilizas, estás discriminando a los que no lo saben. El gachó, en vez de optar por la lógica prudencia del recién llegado, embistió contra uno de los rasgos más definitorios de la tierra que le está dando cobijo. Muy respaldado se tenía que sentir. O tener mucha mierda en la cabeza. Se habla mucho de adoctrinamiento para referirse a la escuela vasca o catalana. Nadie se demanda qué ha hecho la escuela española en todos estos años para que gente así siga pasándose por el arco del triunfo toda la lógica democrática de la convivencia de lenguas. Yo empezaría a analizar libros de texto. No sólo los de Andalucía.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
