baurrea Alta, el pueblo más alto de Navarra y el único por encima de los 1.000 metros, dispuso el año pasado de un taxi que hacía las veces de autobús escolar, para que los niños pudiesen ir a la escuela de Garralda, que está a 14 kilómetros, 14 kilómetros de curvas enrevesadas y difíciles, mucho más en invierno. El Departamento de Educación, en cambio, este año ha eliminado por ahora ese servicio de taxi y manda un microbús, el mismo que recoge a los alumnos de los pueblos más cercanos a Garralda -Abaurrea Alta está el pueblo que más al Este de la Aezkoa y Garralda el que más al Oeste-, como son Aribe -a 3 kilómetros de Garralda-, Garaioa -a 6- e Hiriberri -a 7-. El asunto es que para ir en ese microbús los alumnos no hacen esos 14 kilómetros que hacían en el taxi, sino que tienen que irse desviando -por ejemplo para subir a Hiriberri antes de llegar a Aribe, lo que suma 8 kilómetros más- y, por tanto, deben montarse en el bus a las 7.50, cuando el colegio empieza a las 9. Lo mismo creo que les sucede a los txikis de Orotz-Betelu y Orbaizeta, las esquinas de la otra ruta existente, que deben comerse casi 30 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, así como más de 1 hora para entrar a clase y otra para llegar a casa. Eso, ya digo, en carreteras estrechas, sinuosas, muchos días nevadas (los alumnos de Garaioa ahora también tienen que subir y bajar a Hiriberri, cuando antes no). Este año el Pirineo Navarro ha estado hasta los bordes, llenito de gente, sin apenas una sola solución de urgencia para ayudar a los pueblos a acoger miles de coches y personas que otros años ni aparecían, pero seguro que ayudando a que el turismo local algo colaborase con la economía. Los políticos suelen sacar mucho pecho hablando del Pirineo, el Irati, bla, bla, bla. Luego ya atender a la población con arreglo a su situación especial para qué. Eso ya cuesta dinero y son gente dura.