ace un par de días se dieron a conocer a cargo del Instituto Nacional de Estadística los datos de defunciones que hubo a nivel nacional en 2020, coincidiendo con los peores meses de la pandemia -la tercera y cuarta olas en 2021 al menos en Navarra han sido menos duras a nivel de fallecimientos- y las cifras son tremendas: un 20% más de muertes en Navarra que en 2019 y más o menos un 20% más que la media de los últimos años (en España la media ha sido de un 17,7% más). Ese 20% más -1.095- coincide bastante con las muertes atribuidas al covid a 31 de diciembre de 2020 -963-, aunque recordemos que unas 100 y pico muertes ocurridas en residencias no se contabilizaron como covid al no poder hacerse la pcr. No obstante, las subidas y bajadas de mortalidad obedecen a más hechos y por supuesto menos gente ha fallecido por otras causas -gripes, accidentes, etc, etc- y no se puede atribuir un número completo a una sola cosa, pero ahí está el dato global: 20% más. Conocido el asunto, leí en redes sociales el clásico comentario de quien considera que “tanta medida y tanta restricción y al final no ha sido para tanto”. Tú miras un gráfico de lo que subió la tasa de mortalidad -muertes por 100.000 habitantes- en la gripe de 1918 o en la Guerra Civil y lo que ha subido ahora y, claro, por comparación, el pico es muy pequeño. Pero es un gráfico. Y el comentario encierra su propia mentira: precisamente ha sido para menos debido a todas las restricciones y medidas. Por supuesto, dentro de las muchas que ha habido, algunas han y son idiotas y muy exageradas, pero otras muchas se han demostrado básicas para que esto no se hubiera ido a un 30% o 40% más de mortalidad o vaya usted a saber. En Madrid ha subido un 41%. Nadie sabe qué hubiera pasado sin restricciones. Mejor no haberlo probado, ¿no? 1.100 personas fallecidas más en un año es una bestialidad. No un gráfico.