Últimamente las obras de teatro que se ofrecen en euskera en el Teatro Gayarre son subtituladas al castellano. Bueno, sobretituladas, porque los textos aparecen por encima de la escena. Este parece ser el nuevo criterio de la Fundación Gayarre, y del Ayuntamiento en definitiva, que es quien preside el patronato. Sólo un grupo me contó que consiguió hacer una de sus dos sesiones en euskera sin títulos, después de mucho pelear. Imagino que los que han tomado esta decisión lo han hecho convencidos de que así no se discrimina a nadie, aunque la realidad es que la inmensa mayoría de los grupos que trabajan en euskera ofrecen también sus montajes en castellano. Se programan sesiones separadas y todos tan contentos. Ah, ¿que no hay que gastar tanto en cultura? Sí, claro.

A mí me da la impresión de que todo esto tiene también un tufillo de desconfianza. Eso de ¿qué estarán diciendo estos en vasco, que no me entero? como decían en tiempos de nuestros abuelos los "kokos" de la Cuenca de Pamplona, los castellanohablantes, cuando veían que no entendían lo que hablaban los que venían de la Montaña.

El domingo se va a celebrar por segundo año consecutivo el carnaval Iruinkoko en Pamplona. Todo en euskera y en el que no va a quedar títere con cabeza. Teatro, danzas, música, bertsos y mucha lengua afilada. Por la mañana harán un recorrido por el Casco Viejo y terminarán en la Plaza de Santa Ana a la una del mediodía. Ahí se hará un repaso mordaz de lo que ha sido este año sin piedad ni para unos ni para otros. Pero está claro que al alcalde le importa entre poco y nada lo que pensemos y digamos los euskaldunes de la calle, si no nos haría poner letreritos con las traducciones.