De Brian Stowell lo desconocía todo hasta que el domingo leí en Berria un artículo de Urtzi Urrutikoetxea en el que se glosaba la figura del padre de la “resurección” del manés, fallecido días atrás. Man es una isla de 572 km² y 85.000 habitantes situada entre Irlanda y la Gran Bretaña, dependencia de la Corona británica, con estatus práctico semiindependiente. El manés, emparentado con el gaélico escocés e irlandés, ha sufrido una suerte pareja a la de sus grandes hermanos lingüísticos. Hasta finales del XVIII mantiene el tipo ante la presión del inglés, pero durante el XIX retrocede hasta el punto de que en 1911 sólo un 5% de la población de Man lo hablaba. Aunque por esas mismas fechas se inicia un movimiento en favor de su puesta en valor, éste no puede impedir que en 1974 muera el último hablante nativo. ¿Fin de la película? No. Para esas fechas llevaba ya años trabajando Brian Stowell junto a otro puñado de visionarios. Este manxeradun berri se inicia recuperando y divulgando el folklore en esa lengua, para seguir como traductor, escritor y conductor del primer programa de radio en gaélico manés. Stowell supo convencer a sus paisanos de que merecía la pena recuperar el idioma de sus abuelos. Tras una tímida introducción como optativa, en 2001 se crea la escuela Bunscoil Gaelgagh, la ikastola manesa, siguiendo el modelo de inmersión lingüística, sin renunciar al inglés. En 2009 la Unesco declaró el manés “lengua muerta”, pero tuvo que rectificar al año siguiente ante la llegada de docenas de cartas de alumnos de la isla que afirmaban que no podía otorgarse acta de defunción al idioma en el que hablaban y estudiaban. Hoy alrededor de 2000 personas hablan manés, y están naciendo las primeras generaciones que lo aprenden en casa desde finales del siglo XIX. Tienen mucho que recorrer, pero lo están haciendo ya.