No debe ser fácil encajar el golpe. Tantos años en el podio como la tercera ciudad de Navarra, después de Pamplona y Tudela, a ocupar el cuarto puesto (20.258 vecinos), desplazados por un barrio -Sarriguren- que apenas lleva diez años en pie. En 2005 empezaron a llegar las maletas de los primeros moradores a la ecociudad impulsada por el Gobierno y donde terminaron desplazándose muchas parejas jóvenes al calor de las VPO. Barañáin en cambio despegó a partir de los setenta (y siguió en los ochenta y noventa) pasando de su condición de dormitorio a tener un tejido social potente. Lagunak, la escuela de música Luis Morondo, el grupo de danzas Harizti, la comparsa, batukada Barabatu o gaiteros Ezpelur... contribuyeron a crear un pueblo vivo que también ha tenido en los últimos un peso importante de inmigración. A los hijos de las segundas y terceras generaciones les faltó vivienda. Y terrenos. En el vecino Etxabakoitz, se dibujaron en los años del boom 8.000 viviendas junto a la estación del TAV. Eran reinos de taifas. Hubo intentos por crecer como el forzado plan de 2007 para levantar hasta 1.400 viviendas en el entorno del Señorío de Eulza. El urbanismo-chicle, los intereses de las promotoras... Recuerdo también la etapa de los noventa, las primeras dotaciones megalómanas, el Auditorio, 500 millones de las antiguas pesetas y uno de los casos de corrupción urbanística más sonado.
El nuevo equipo de gobierno plantea ahora nuevas fórmulas para el desarrollo de vivienda social al amparo de la nueva ley foral. Ojalá todas las nuevas iniciativas nazcan del interés general para ofrecer un alojamiento digno. Las ciudades comarcanas no se planificaron así. El plan parcial de Barañáin se inició en 1966 con 1.450 viviendas, en 1970, se amplió a 5.000 con terrenos que pertenecían curiosamente a un único promotor, Avanco. En aquel barrio no había nada, ni transporte, ni teléfono, ni médico... Fue la razón por la que un grupo de vecinos empezaron a organizarse. Hoy, mayores de edad (15,7%), asisten al envejecimiento de su municipio.