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‘Fiscal leaks’

La Fiscalía de Madrid argumenta la decisión de prohibir la publicación de los llamados papeles de Football Leaks en su interpretación de que está documentación ha sido obtenida de forma ilícita, hackeando los ordenadores de un despacho de abogados que velaba por tener a buen recaudo material tan sensible. Al margen de consideraciones legales, ¿cómo cree el fiscal que llegan a manos de la prensa esas informaciones de escándalos que implican a políticos y partidos, empresas y empresarios, reyes y monarquías; datos de corrupciones y delitos varios e incluso documentación reservada que desvela la mierda de las cloacas del propio Estado? ¿Cree el fiscal que convocan una rueda de prensa para repartir un dossier...? Entiendo que en el ejercicio del periodismo hay límites que no se deberían sobrepasar, pero en lo concerniente a la supuesta evasión de capitales por parte de algunas multimillonarias estrellas del fútbol, estamos no solo ante un hecho relevante, sino ante la plasmación documentada de una forma de actuación de gentes (deportistas, representantes, asesores, etcétera) que se benefician del mundo del fútbol y de grandes movimientos de capital en traspasos astronómicos sin importarles bordear en algunos casos los límites de la ley. Los datos publicados han sido contrastados antes de sacarlos a la luz, lo mismo que otras investigaciones difundidas los últimos meses de diferentes asuntos de relevancia, los papeles de Panamá, sin ir más lejos. Extraídos los documentos de un ordenador, tomados al despiste de un archivo por un arrepentido o revelados por un garganta profunda, los señalados como autores del posible delito siempre van a optar por una doble estrategia: negar la información y culpar al periodista. Flaco favor el del fiscal a nuestro oficio, que dice que lo publicado puede afectar a la investigación en marcha. ¿Cuántas veces la indagación periodística ha ido por delante de la judicial o policial? Alguien debería hurgar en el ordenador de ese fiscal...