Cabalgatas blindadas
las cabalgatas de Reyes, sin pretenderlo los organizadores, se han convertido en un problema. Más allá de las dificultades del montaje de las carrozas, de coordinar los múltiples asuntos de intendencia, de disponer y ordenar la participación humana (y animal) de tan numerosa comitiva, de cumplir los horarios del recorrido, además de todo esto, ahora la seguridad es el asunto prioritario. Tan nutrida concentración de personas y los atentados registrados durante el pasado año en Niza y en Berlín obligan a activar todas las alertas. Se anuncian, pues, para esta noche, cabalgatas blindadas en ciudades como Madrid y Barcelona. Y una recomendación: si es usted camionero, evite las rutas por el centro de esas urbes, hoy es un potencial sospechoso.
Es lo que les faltaba a las cabalgatas, después de alimentar en los últimos años debates como el de pintar de negro a un blanco para que haga el papel de Baltasar o darle la vuelta al calcetín y sentar en los tronos a tres reinas magas. En la localidad catalana de Vic, donde es tradición portar farolillos a modo de guía para orientar a los Reyes en su camino, desde hace cuatro años algunas personas adornan esos fanalet con la estelada. Al margen de cuestionar la conveniencia y oportunidad de introducir símbolos políticos en actos de marcada simbología popular y con presencia y protagonismo mayoritario de niños y niñas, ese asunto de índole doméstica ha sido elevado ahora a categoría de polémica estatal por los partidos que rechazan las reclamaciones soberanistas. Es lo que pasa cuando se confunden camellos con dromedarios.
Con esta secuencia creciente de rifirrafes, de amenazas terroristas y de polémicas interesadas, podemos asistir a un nuevo y drástico cambio en las tradiciones. Tengo para mí que el amigo invisible acabará metiendo baza en esta saturación en la que en pocas fechas concurren con sus regalos olentzeros, papa noeles, santa clauses y reyes magos. El amigo invisible evita las aglomeraciones, es un acto más íntimo, es ajeno a cualquier tipo de ideología y resulta incluso más económico. Eso sí, los paquetes tendrán que pasar antes por el escáner. Por seguridad.