Vidas en tránsito
Ocurrió el jueves de la semana pasada. Una patrullera libia localizaba dos pateras que se encontraban próximas al pesquero; tres de los inmigrantes subieron a bordo del pesquero alicantino por sus propios medios y el resto se lanzó al agua. La patrullera se llevó a la costa a quienes seguían en las pateras y dejó en el agua al resto, que fueron rescatados por trece marineros del pesquero Nuestra Madre Loreto. Gracias a ellos viven. Los pescadores de Santa Pola han dado una lección de dignidad, protegiendo la vida de estas personas, compartiendo su comida, con olas de tres metros, desafiando leyes y protocolos que no entienden de humanidad. También han puesto de nuevo frente al espejo al Gobierno central en su gestión sobre la acogida de inmigrantes, empecinado en devolver a estas personas a Libia para no mancharse las manos como el resto de políticos europeos. Salvamento Marítimo español autorizó ayer por fin que los inmigrantes fueran desembarcados en Malta, precisamente cuando el capitán del barco, cansado de esperar, ya había iniciado su regreso a Alicante. “Tarde, mal y sin escrúpulos. Jugando con la seguridad de las personas, 10 días sin noticias, un temporal duro...”, reconocían desde la ONG Open Arms. Inmigrantes que hubieran preferido saltar al agua que regresar al infierno de Libia.
La misma realidad que sufren los migrantes del llamado triángulo norte de Centroamérica que quieren saltar la frontera mejicana y cuyo dolor ha sabido retratar y relatar nuestro fotógrafo Unai Beroiz. En camino, en busca del ansiado sueño americano aunque ya no lo sea como fue pero siempre será mejor que lo que tienen. Porque estar arriba en una sociedad tremendamente desigual es lo que en realidad prefieren quienes admiran a Trump. No lo saben y poco les importa a jóvenes que desde países como Salvador, Honduras o Guatemala, huyendo de la violencia, son capaz de recorrer 4.000 kilómetros a pie jugándose la vida para escapar de las maras, grupos criminales y los cárteles de la droga. Y habrá siempre alguna mano que les ayude. Aunque la Policía estadounidense lance gases lacrimógenos. Aunque Trump endurezca las reglas de solicitud de asilo y levante muros más altos con México.