a Hacienda Foral hizo públicos ayer los datos de recaudación del segundo semestre del año. Como era previsible, las cifras confirman que la inactividad provocada por la covid-19 ha hundido los ingresos, si bien en los términos que los técnicos de este organismo calcularon a mediados de mayo, cuando cifraron en 818 millones la caída que podría haber durante todo este 2020. De momento, hasta el 30 de junio se han ingresado 235 millones menos que el año pasado (el 15,32%). En términos absolutos, Navarra ha pasado de ingresar 1.535 millones en la primera mitad del 2019 a los 1.300 de este año. Aún tratándose de una pérdida tremenda, el impacto total de la crisis en este segundo semestre será aún mayor, ya que faltan por contabilizar datos como los relativos a las retenciones de trabajo de los meses de mayo y junio, que sin duda se van a ver mermados por la aplicación de ERTE. Si nos detenemos en el comportamiento que ha tenido la recaudación entre abril y junio, el hundimiento recaudatorio es mayor. En concreto de los 526 millones ingresados el año pasado se ha bajado hasta los 309 de este ejercicio. Un batacazo del 41% como consecuencia fundamentalmente de la flojísima aportación de los impuestos indirectos, que ha sido 224 millones menor que el año pasado. Es obvio que la explicación de caída, ligada sobre todo al consumo, reside en las semanas de masivo confinamiento. Superada esta primera mitad de año, nos encontramos en un tercer trimestre que no ofrece ningún síntoma de entrar en la ansiada recuperación. Más bien al contrario, agudizará la caída prevista. En este escenario de contracción histórica, no queda otra salida que la emisión de deuda si se quieren evitar los recortes en los servicios que se prestan desde la Administración. A día de hoy el agujero económico de 2020 puede rondar los mil millones, si a los 818 estimados de pérdida de recaudación se añaden los gastados en la lucha contra la covid. ¿Y cómo se puede tapar este socavón? De momento, desde el Estado, que autoriza a Navarra a contratar deuda por algo más de 400 millones, ha llegado ya una ayuda de 88 millones. Y de los Presupuestos, que contemplan un gasto de 4.256 millones, se pueden dejar sin ejecutar partidas por otros 200 millones. Para el resto, Chivite tendrá que llamar otra vez a Moncloa para elevar el objetivo de déficit y contratar algo más de deuda.