on las prioridades y apuestas de los Presupuestos de Navarra para 2022 ya aseguradas con un apoyo mayoritario -posiblemente el Gobierno haga público hoy el acuerdo definitivo con los partidos que le aseguran el apoyo de 30 parlamentarios a las Cuentas-, la superación del primer gran escollo para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022, lograda el jueves en el Congreso de los Diputados, ofrece una buena oportunidad para consolidar la necesaria estabilidad institucional también en Madrid, Más aún en momentos tan convulsos y complicados como los actuales y los que se prevén para los próximos meses, en los que deben abordarse extraordinarios desafíos sobre bases y medidas sólidas con el objetivo de la recuperación y la transformación económicas. Los acuerdos políticos previos logrados in extremis por el Gobierno español con PNV y ERC -una negociación de la que también forma parte EH Bildu y otros grupos parlamentario que sostienen en el Congreso al Gobierno-, obtuvieron la esperada respuesta de estos grupos, que con sus votos contribuyeron a tumbar las enmiendas a la totalidad a las Cuentas presentadas por PP, Vox, Ciudadanos, Junts y otras formaciones. Ello encarrila el proyecto, pero la negociación puramente presupuestaria empieza ahora y sus votos finales y, con ello, su aprobación dependerán de los acuerdos que se alcancen a través de las enmiendas parciales. Es esperable que a estas alturas el Gobierno de Sánchez haya comprendido la dimensión de lo que está en juego y haya asumido su situación de minoría parlamentaria y la necesidad de abordar una negociación real sobre los aspectos de las Cuentas que pueden ser mejorables. No se trata ya solo de la estabilidad del Ejecutivo y del propio Sánchez. Tampoco de la pretendida alternativa que la derecha quiere presentar como posible merced a una irresponsable alianza con Vox. Lo que está en juego es la recuperación económica tras la crisis generada por el covid, el necesario impulso para la creación de empleo, la ampliación de la protección social, en especial de los colectivos más vulnerables, y, por lo que repercute más directamente a Navarra, la puesta en marcha de inversiones en el mismo sentido, la renovación del Convenio Económico y una participación adecuada a la realidad de su autogobierno foral en la financiación y el reparto de los fondos europeos.