l regreso de la manifestación del Día de la Mujer tras dos años duros de pandemia reunió ayer a miles de personas en el centro de Pamplona ante la necesidad de volver a visibilizar la lucha por la igualdad y a reactivar el tejido social. Conquistar las calles tras el parón de la pandemia no era tarea fácil y en una veintena de ciudades entre ellas Madrid lo hicieron en convocatorias separadas, la oficial y otra organizada por las feministas que aboga por la abolición de la prostitución. Los sindicatos reivindicaron en Navarra la necesidad de dignificar los cuidados y alertaron sobre las diferentes brechas salariales: brecha en actividad, en temporalidad, en parcialidad, en salarios y en pensión. Alumnas, profesoras y empleadas coincidieron en la UPNA en la necesidad de contar con referentes femeninos para acabar con el machismo en las aulas. Un trabajo, el del empoderamiento, más complicado si cabe en el ámbito de la discapacidad y que ayer fue reconocido con el premio Berdinna que ayer recogió COCEMFE. También Pamplona quiso homenajear ayer a siete navarras pioneras y referentes en diferentes ámbitos. Desde la plataforma 8-M se lanzó otro mensaje muy claro: cada avance en materia de igualdad ha sido conquistado mediante la movilización y la lucha colectiva, y "así debemos seguir". Bajo el lema 'Fuego al sistema que nos oprime' recordaron que la violencia excede del ámbito de las relaciones lo que atribuyen a un "sistema de dominación" con responsabilidades sociales e institucionales. Un discurso duro que no obstante nos recuerda que la violencia física extrema, que sigue arrojando cifras terribles, es sólo la punta del iceberg y que, sin ir más lejos, las chicas jóvenes no interpretan como violencia las conductas de "control, de menosprecio o de aislamiento en su entorno social". El lema del Instituto Navarro de Igualdad 'Avancemos/"Aurrerantz' ha querido precisamente incitar a todas las mujeres a seguir rasgando las capas de desigualdad, a veces gruesas, a veces más sutiles y finas. Una lucha que la ultraderecha trata de frenar para imponer otros modelos de mujer y de familia, además de menospreciar una educación afectivo sexual que construya relaciones más sanas. Y de futuro. "Igualdad de género hoy para un mañana sostenible", rezaba de hecho el lema de este año de Naciones Unidas. Una mayor participación de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad y de la esfera política aportaría sin duda nuevas formas de trabajar en la lucha contra el cambio climático y en la resolución de conflictos armados.