RELAJADA ESTANCIA - Era de cajón. El acercamiento a cárceles vascas de Txapote, Parot y otros 11 presos de ETA con abundante sangre derramada ha incendiado la caverna. Tal y como lo cuentan los ultramontanos, se diría que los traslados son vacaciones de lujo. "Se disponen a disfrutar de unas excelentes condiciones en unas prisiones vascas que también el Gobierno de Sánchez ha cedido al gobierno vasco del PNV. De modo que lo que les espera a estos terroristas no son los rigores carcelarios, sino una relajada estancia en unas instalaciones regidas por sus mentores ideológicos", se adorna Pablo Planas en Libertad Digital.

A CUERPO DE REY- El editorialista del mismo chiringo carpetovetónico añadía más glamur a los macos del terruño: "Allí residen en módulos llamados de respeto vedados a los funcionarios, con habitaciones individuales y sueldos a cargo del erario público por labores como la de atender economatos. Y a un paso de permisos de fin de semana, salidas habituales de las instalaciones penitenciarias con cualquier excusa y terceros grados".

LIMPIEZA ÉTNICA- Según las fantasías que manejan los calenturientos plumillas diestros, para poder acomodar a los penados de ETA, antes ha habido que vaciar las celdas de otros ocupantes. Limpieza étnica penitenciaria, viene a cacarear Mayte Alcaraz en El Debate: "Mandan a los reclusos extranjeros a León, Zaragoza, Madrid y Valladolid, limpian sus calabozos, y traen a la esencia misma del RH vasco: los pistoleros etarras, cuya pureza de sangre es incomparable con la que hicieron derramar con sus tiros en la nuca a miles de inocentes". 

MARLASQUETA - "Cuando Txapote y Parot tienen premio", titulaba el editorialista de El Mundo, abundando en la patraña del resort de lujo: "No tardarán los dos monstruos más sanguinarios de ETA en disfrutar de las especiales condiciones penitenciarias que disponga para ellos el nacionalismo en el poder". Al día siguiente, en la página anterior del mismo diario, Federico Jiménez Losantos rebautizaba al ministro de Interior como "Marlasqueta" sin derrochar en gastos dialécticos a la hora de faltarle al respeto lo glosaba así: "Nadie, y menos con sus antecedentes, ha ayudado tanto a los terroristas como este Marlasca que un día se dejó la k como se deja ese liquen, a modo de barba".