Palabras de una persona sin apellidos para llorar y ser perdonado, que no limpia las heridas después de hacerlas a terceros, las palabras no hacen sangre solo sanan las incoherencias justificadas de terceros. La vida se abre al abierto y se degrada al oscuro que solo da luz a su bolsillo, momentos de prestar tiempo al tiempo y no al mal aliento de la televisión, que se encarga de disfrazar la realidad. Generaciones de Inem, ahorca hipotecas, tapers y Facebook, de vacío, de librerías desordenadas. Luego nos preguntaremos por el presente, como en una bici sin frenos viajando cuesta abajo adivinaremos el futuro. Palabras de una persona sin apellidos para llorar y ser perdonado que arregla su bici para mirar al horizonte con una sonrisa.
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