en medio de una indiferencia cuasigeneralizada, el Parlamento Europeo dio su apoyo la tarde de este martes a la conservadora alemana Ursula von der Leyen para que presida la Comisión Europea (CE) los próximos cinco años. Pese a tratarse de un cargo de gran calado, su designación ha ocupado el espacio mínimo imprescindible en la mayoría de medios de comunicación, dado el escaso enganche que tienen casi todas las informaciones relacionadas con el continente en el que residimos y sus instituciones. La CE es el órgano ejecutivo de la UE y la única instancia responsable de elaborar propuestas de nueva legislación europea y de aplicar las decisiones que se adoptan tanto en la Eurocámara como en el Consejo de la UE. Razones de peso como para que todos estuviéramos pendientes de qué se cuece ahí. Pero esto apenas lo tiene en cuenta la ciudadanía, que no termina de conectar con Europa, como se demuestra en la baja participación que se registra en sus comicios. Paradójicamente, a la mayoría nos preocupa mucho más quién ostenta la alcaldía de nuestro municipio, donde de un día para otro lo mismo ponen a una calle un nombre que nos desagrada que nos prohíben aparcar en aquel espacio que solía estar libre.