i ya resultó complicado asumir y adaptarse al periodo de confinamiento, no lo está siendo menos el cambio de hábitos y hasta la desorientación que provoca asimilar estos días de fiesta sin fiestas. El cuerpo del pamplonés y del sanferminero ha adquirido con la experiencia de los años unas costumbres entre los días 6 y 14 (e incluso en ese trajín preapocalíptico de los días previos) que al desaparecer de la agenda te dejan confundido y alteran la lectura que ya tenemos preestablecida de los días. Los biorritmos del cuerpo se desordenan. Ocurre individualmente y pasa también en el ámbito de la redacción, acostumbrada a una cadencia más acelerada de trabajo, a los heridos del encierro, a la selección de fotos, a los reportajes de calle, a la aparición apresurada de la gente de los toros y a un cierre a toda mecha para llegar con el periódico a los fuegos. Para quienes llevamos tiempo en esto ha sido un cambio radical, la mejor expresión de la alteración que en la vida profesional está provocando la pandemia. Ese "ahora estaríamos€" es la coletilla más repetida estos días. Será mejor que nos vayamos acostumbrando, porque no creo que los Sanfermines de 2021, viendo el desarrollo de la pandemia, puedan celebrarse de acuerdo a la vieja normalidad que conocimos y tanto echamos de menos en estos tiempos raros.