ernat Barrachina, el guionista purgado en TVE, se quedó corto en atención a la verdad y a la historia. Porque Leonor se va de España, como su abuelo sí, pero también como su tatarabuelo y su bisabuelo. Ahí están las andanzas de Alfonso XIII por Inglaterra y Roma después de la proclamación de la Segunda República o los 40 años de exilio de Don Juan, con Lausana y Estoril como fondas, hasta su regreso definitivo en 1980 bajo el ala del ahora emérito y fugado a los Emiratos Árabes. El escándalo por el descriptivo -y acotado- rótulo televisivo aventado por los cortesanos de guardia no resulta más que otra muestra de vasallaje, cuando lo trascendente es que la heredera del trono se marche a estudiar el bachillerato a un centro privado de Gales. Primero, por el desdoro que supone para el sistema educativo del reino cuando se argumenta la búsqueda de una instrucción progresista y vanguardista con enfoque global; y, segundo, porque se enfatiza que los 76.500 euros del ala por curso se pagarán con la asignación de los monarcas, como si los 385.263 euros de sueldo conjunto anual no se los ganara el matrimonio con el sudor de nuestras frentes, las de sus súbditos. Luego están los chupacirios que defienden el honor de la princesa supuestamente mancillado en televisión, los mismos que se hicieron los longuis con el latrocinio borbónico y todavía hoy ponen paños calientes a los chanchullos y las correrías del campechano Juan Carlos. Hala, a seguir tragando.