Desde la Asociación para la Defensa de Salud Pública de Navarra-Nafarroako Osasun Publikoaren Aldeko Elkartea (ADSPN-NOPAE) proponemos una serie de medidas urgentes.

1. Financiación suficiente y finalista

La Sanidad Pública precisa de una financiación suficiente para recuperarse de la etapa de los grandes recortes de los últimos años. Debería situarse en torno al 7% del PIB de financiación pública, con un incremento de al menos 1% sobre el actual.

2. Acabar con las exclusiones. Universalización real

El RDL 7/2018 de Sanidad Universal palió en parte esta situación, pero no ha conseguido revertir del todo el RD 16/2012 y todavía siguen produciéndose numerosos problemas por una interpretación cicatera de algunas CCAA sin lograr la cobertura universal. Se debe aprobar una ley que permita alcanzar la verdadera universalización de la cobertura sanitaria del Sistema Nacional de Salud, financiado por impuestos, tal como se definía en la Ley General de Sanidad, que garantice un derecho de la ciudadanía.

3. Parar las privatizaciones y recuperar lo privatizado

Si bien es cierto que se lograron detener algunas iniciativas privatizadoras en lugares concretos, no lo es menos que se ha continuado el proceso privatizador, en general con medidas menos llamativas y más silenciosas. Hay potentes empresas al acecho de nuevas áreas a privatizar.

4. Utilización intensiva de los recursos públicos

El proceso privatizador ha ido paralelo a una subutilización sistemática de los recursos de la Sanidad Pública que se han ido deteriorando y descapitalizando de manera intencionada. Por eso es importante garantizar la utilización intensiva de los grandes recursos tecnológicos e infraestructuras de la Sanidad Pública.

5. Potenciar la Atención Primaria (AP)

La Atención Primaria debe ser la clave y la base de todo el sistema sanitario. Es el nivel con capacidad para desarrollar actividades de promoción y prevención de la salud; facilitar el acceso de la población al sistema en condiciones de equidad; realizar la asignación eficiente de los recursos; garantizar la continuidad a los cuidados de salud de las personas a lo largo de todas las etapas vitales; y permitir la participación social en la planificación y control del sistema sanitario.

6. Reorientar la política de personal

La política de personal es una de las claves del sistema sanitario y ha sido sistemáticamente abandonada en estos años en los que el personal sanitario es quien ha sufrido especialmente los recortes (menos personal, peores condiciones laborales...). Hace falta una nueva política que garantice unas condiciones laborales dignas, potencie la adherencia de los profesionales al servicio público (dedicación exclusiva), asegure una formación continuada independiente de los intereses comerciales y garantice una atención sanitaria de calidad. Es necesario terminar con las insuficientes tasas de reposición cifradas en la actualidad en un 8%, y reducir los niveles de eventualidad que rondan al 40%.

7. Darle protagonismo a la Salud Pública

La Salud Pública (SP) está postergada en nuestro sistema sanitario, porque aunque existe una Ley General de Salud Pública (33/2011), no se ha desarrollado y hay una gran desconexión entre la Salud Pública y el sistema asistencial. Necesitamos potenciar la Salud Pública haciendo efectiva la Ley, aprobar el Plan Integrado de Salud y favoreciendo la relación entre AP y SP.

8. Controlar y racionalizar gasto farmacéutico

El gasto farmacéutico financiado con recursos públicos no ha cesado de incrementarse en estos años (14% de gasto total entre 2014-2017 y 22% en el gasto hospitalario), favorecido por un pacto con Farmaindustria que le garantizaba a la industria un crecimiento del gasto en paralelo con el PIB mientras el gasto sanitario decrecía en relación a éste. Hay que garantizar un crecimiento del gasto farmacéutico por debajo del aumento de los presupuestos sanitarios, racionalizar la utilización y poner freno a las políticas abusivas de la industria (desabastecimientos, precios, etcétera), así como establecer criterios y estándares de conducta del sistema sanitario que pongan fin a los actuales conflictos de interés.

9. Controlar la sobreutilización de tecnologías sanitarias

Se produce una sobreutilización en muchos aspectos relacionados con las tecnologías sanitarias (se considera que en torno al 30% de las actuaciones en este ámbito no están justificadas). Es necesaria una activa intervención para mejorar la utilización y reducir la variabilidad, intervenciones que sobre todo tienen que tener un entorno de cambio en la cultura profesional, potenciando instrumentos como la evidencia científica y la seguridad de los pacientes.

10. Desarrollar políticas activas de desmedicalización de la vida

El uso racional de los recursos sanitarios tiene que basarse en la promoción de la salud y el fomento de las capacidades personales y colectivas de disfrutar de la vida. Es necesario crear una cultura que apoye valores como el autocuidado, estilos de vida más saludables, entornos comunitarios enriquecedores, y descarte el consumo innecesario de servicios sanitarios como panacea para el bienestar.

Asociación para la Defensa de la Salud Pública de Navarra-ADSPN - Nafarroako Osasun Publikoaren Elkartea-NOPAE