ace ya varias semanas que tuvimos conocimiento de la tropelía que pretenden ustedes cometer el próximo curso 2020/2021 con las escuelas infantiles en euskera, y a ese respecto, como amas con txikis en Goiz Eder y Donibane, le queríamos decir varias cosas.

Primero: la sentencia que ustedes dicen que obliga a revertir la oferta actual en euskera y sacarla en castellano, sencillamente, no dice eso. No dice que en Iruña no pueda haber cuatro, cinco o incluso diez escuelas infantiles en euskera. Sí que dice que el cambio al euskera hecho por el equipo de Asiron no se hizo bien, pero nada impide regularizarlo con un nuevo procedimiento. De hecho, está usted a tiempo. Es cuestión de voluntad política y de querer atender la demanda existente. No camufle, pues, su fobia hacia una de las dos lenguas propias de esta ciudad tras una decisión judicial.

Segundo: hemos tenido conocimiento de que de cara al año que viene se ofertarán para toda Iruña 20 plazas de lactantes en euskera. 20 plazas€ ¡Va a ser más fácil que nos toque la lotería! Ciertamente, parece una broma de mal gusto, pero es la realidad que nos quieren imponer. Y se la recordamos porque son ustedes quienes por activa y pasiva han venido diciendo que no están en contra del euskera; que, simplemente, creen que hay que regularlo atendiendo a la realidad sociolingüística existente. ¿Acaso lo anterior es adecuar oferta y demanda, cuando la matrícula de 3 a 6 años ronda el 30%? ¿Qué datos manejan ustedes para un recorte tan drástico?

Tercero: la modificación que ustedes quieren llevar a cabo parte de un acuerdo previo con las familias que en su día se pudieron ver, de alguna forma, afectadas por la decisión de cambiar algunas escuelas infantiles al euskera. ¿Podría indicarnos en qué resarce a dichas familias su actual decisión cuando aquellas criaturas ya no están en las escuelas infantiles? ¿Acaso machacar los derechos de nuestras criaturas resarce en algo a aquellas familias? Es evidente que no. Además, a nosotras no nos desplazan de centro respetando nuestra opción lingüística (como sí ocurrió entonces). Nos obligan a que nuestros hijos e hijas estudien en otro modelo lingüístico o a irnos a escuelas privadas (quien pueda pagarlas, claro). ¿Pero no eran ustedes los adalides de la libertad de elección en educación?

Cuarto: si uno de los indicadores del desarrollo favorable de una sociedad es que las nuevas generaciones tengan más derechos y los tengan mejor garantizados que las anteriores, la conclusión es clara. Como sociedad, si ustedes terminan aplicando esta tropelía, iremos a peor. Y ello porque los nuevos txikis de esta ciudad no van a tener el derecho que sí han tenido sus hermanas y hermanos mayores todos estos últimos años.

Quinto: gracias, en otros factores, a la oferta actual de euskera con inmersión lingüística en escuelas infantiles, muchos niños y niñas de esta ciudad, con tan solo dos años, hacen ya algo que usted ha podido, pero no ha querido hacer: entender las dos lenguas propias de esta ciudad, y, en menor medida, hablarlas. Ello, según todos los expertos, no hará sino facilitarles el aprendizaje de una tercera y cuarta lengua. ¿A usted esto le molesta? ¿Siente celos? ¿Por qué no deja ya de poner obstáculos a una de nuestras lenguas? ¿Por qué no asume de una vez por todas que el saber no ocupa lugar, y que siempre será mejor aprender más que menos?

Quinto: como entre los padres y las madres de las familias afectadas estamos varias juristas, nos permitimos recordarle el art. 3.3 de la Constitución Española: "La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección". Si tanto le gusta esta Constitución ¿Por qué obvia este artículo? ¿Dónde queda su especial respeto y protección para el euskera?

Sexto: Nuestros hijos e hijas no tienen más derecho que los de aquellos padres y madres que desean matricular a sus criaturas en castellano, pero tampoco menos. Por ello, el Ayuntamiento de Pamplona, en tanto que institución pública que debe garantizar los derechos de toda la ciudadanía, debiera atender la demanda actual y respetar los derechos que en el ámbito lingüístico y educativo tienen nuestras criaturas. Mientras eso no ocurra, seguiremos en la calle, como este próximo sábado 14 de marzo, en la cadena humana que unirá Ayuntamiento y Gobierno de Navarra para exigir soluciones.

PS: Señora Chivite, como responsable última en materia de educación y servicios sociales de Navarra, ¿hará usted algo ante esta situación?

Goiz Eder eta Donibane haur eskoletako amak