Como cada año por estas fechas nos vemos en la tesitura de tener que renunciar a nuestras vacaciones, con el agravante este año de tener compañeras de baja sin sustituir, lo que ha implicado que incluso tengamos que trabajar más horas de las establecidas, realizar dobles turnos y renunciar a días de descanso semanal, quedando además unas ratios por debajo de los mínimos establecidos por ley.

Las enfermeras necesitamos descansar. Somos personas con familias, con vidas personales, y no meros números. Estamos agotadas, nerviosas, por esta incertidumbre en la que nos hacen vivir continuamente. No sólo por el hecho de no poder descansar, sino porque vemos que no llegamos a realizar una atención como se merecen nuestros 160 residentes y sus familias de la residencia pública de El Vergel.

Desde la Sección de Personal de la Agencia nos ningunean, nos maltratan y nos abandonan de malas maneras. Nos informan que se quedan turnos sin cubrir con una total despreocupación, que ya nos apañaremos. La excusa habitual es que “no hay enfermeras”, pero sabemos que hay compañeras disponibles a las que no se les ha llamado, o incluso hemos facilitado teléfonos de enfermeras que están libres sin que desde RRHH hayan ni siquiera contactado con ellas, al parecer porque no están en la lista de contratación.

Una lista de contratación que se queda obsoleta según entra en vigor, ya que el propio proceso es un desastre: no se formaliza una convocatoria, apenas se le da difusión, se obliga a las interesadas a darse de alta en el Inem ya que desde ahí elaboran la lista de admitidas, con lo que convocan a enfermeras que no están interesadas ni se presentan. Esta última convocatoria quedó patente que no es efectiva y supone un derroche económico el proceso tal como lo organiza la ANADP. Tampoco una vez elaborada la lista permiten a nadie inscribirse en ella (como sí hacen en Osasunbidea), para luego excusarse en que no hay gente disponible en la lista.

Sabiendo la dificultad que existe para encontrar enfermeras de sustitución, desde nuestro centro realizamos las solicitudes y se establecen los contratos y turnos a cubrir desde octubre, pero esta previsión no nos sirve para nada, ya que desde RRHH esperan al último día para comenzar a llamar, consiguiendo todo negativas de enfermeras que ya se han comprometido con Osasunbidea u otros servicios. Somos el último mono.

Queremos manifestar nuestro enfado, nuestro hartazgo, por una situación que está siendo habitual en los periodos concretos de mayor demanda de enfermeras de sustitución, como son ahora las navidades, o como nos ocurre todos los veranos también. Este verano pasado la situación fue intolerable, dejando al personal de enfermería por debajo de los mínimos establecidos durante más de mes y medio. Y todo esto provocado por la dejación y la falta de interés en buscar sustituciones.

Esta situación está provocando que la atención a los residentes se resienta, ya que no llegamos a todo, es imposible. Así no conseguiremos dar una atención de calidad a nuestros residentes, lo cual también nos provoca un malestar añadido. No nos permiten trabajar como nos gustaría. Estamos hartas.

*Las autoras son: Marta Etxarri Eslaba, Sara Chorraut Aguirre, Txaro Martínez de Lizarrondo Galañena, María Montoro Resa, Beatriz Quezada Piedra, Iratxe Millán Ruiz, Marta Munarriz San Nicolás, Susana Zuñiga Guerra, Zyurie Skenderova Dagalova, Isabel Porcel Remírez (enfermeras). Y en apoyo también Montse Equiza Ortigosa (directora de la residencia El Vergel) y Edurne Apesteguía Egea (supervisora de Enfermería)