Llevamos una nueva temporada, y van..., de ataques al euskera y a su normalización, por parte de personas o resoluciones judiciales, no solamente en Nafarroa, sino también en el resto de Euskal Herria. Lo que se ha popularizado con el término de «euskarafobia» sigue campando a sus anchas.

Y la verdad que es un tema que impide que me aburra. Estos euskarófobos cada vez encuentran y retuercen nuevos (¿?) «argumentos» para intentar frenar la utilización y normalización, lo que hace que meneemos nuestras neuronas activas en defensa de nuestra lengua. Hay quien dice que no merece la pena entrar al trapo. No estoy de acuerdo. El rebatir una vez más esas posturas es un sano ejercicio demócrata-lingüístico que de paso nos ayuda a mantener ágil nuestro cerebro...

El que se diga (y cito los tres casos más recientes) que los euskaldunes tienen privilegios porque gozan de más oportunidades al poder acceder tanto a las actividades programadas en euskera como a las programadas en español, como recientemente han dicho las personas que ostentan las alcaldías de Orkoien y Egüés...; o que se trata de «imponer» el euskera en determinados puestos de la administración por la exigencia del conocimiento de este idioma en Tafalla porque el porcentaje de vasco-parlantes en esta ciudad es del 8% (¿quieren que los aspirantes tengan un 8% de conocimiento del euskera para, en su caso, atender a ese 8% de la población?), en mi opinión, es producto del cinismo, o de la ignorancia, o del supremacismo de la lengua castellana... O de las tres cosas al mismo tiempo.

Porque hay que recordar a todas esas personas, y a los partidos que les dan cobertura (UPN, que en su momento se abstuvo a la hora de aprobarse la ley y PSOE, que le dio su voto favorable), que hay una ley (una ley que, por cierto, discrimina negativamente a los navarros en función de su lugar de nacimiento, a la hora de ejercer su Derecho al uso y aprendizaje del euskera), la Ley Foral 18/1986, de 15 de diciembre, conocida con el horrible nombre de «Ley del Vascuence», y que «tiene por objeto la regulación del uso normal y oficial de esta lengua..., y señala como objetivos esenciales, entre otros, los de amparar el derecho de los ciudadanos a conocer y usar el vascuence, etc.».

Y hay que tener en cuenta que ese Derecho de «conocer y usar el vascuence» lo puede ejercer cualquier ciudadano o ciudadana de esta comunidad. Si esas personas que se quejan, que hablan de «privilegio» o de «discriminación» por no conocer este idioma, (idioma propio de esta tierra y anterior en el tiempo al idioma en el que estoy comunicándome en este escrito), hubiesen ejercido su Derecho a aprenderlo, no estaríamos hablando de que se discrimina o de privilegios. Si no han ejercido ese Derecho será de su entera responsabilidad. Y todavía están a tiempo de ejercitarlo.

Tengo que reconocer, también, que tendrían razón si alegasen desconocimiento de nuestra lengua, y ese desconocimiento de la lengua fuese provocado por no haber podido acceder a su aprendizaje.es cierto que hay ocasiones, y muchas, desgraciadamente, en que ese Derecho a conocer y usar el euskera está limitado y restringido por la propia actuación de la administración que debería velar para que no haya problemas para poder ejercerlo. Solo habría que recordar los casos no tan lejanos en el tiempo de Mendigorria y Mañeru...

Por ejemplo, y hablando de discriminación, existen cursos de español/castellano gratis para aquellas personas que vienen de fuera de las fronteras del estado español y no conocen ninguno de los dos idiomas oficiales en Nafarroa. En cambio, no existen clases gratis para la ciudadanía adulta, sea nativa o inmigrante, que desconoce y quiere aprender euskera. Tanto la Escuela Oficial de Idiomas como el Euskaltegi Zubiarte son de pago. ¿Barato? ¿Caro?... Me da igual: hay que pagar y, por lo tanto, se está limitando el ejercicio de un Derecho.

También existe discriminación a la hora de la enseñanza obligatoria para aquellas personas que quieran ejercer el derecho a que sus vástagos aprendan el y en euskera: No hay oferta de enseñanza en Euskera en todos los centros escolares de la comunidad, incluyendo las escuelas infantiles, sean privados o públicos, para que ese derecho pueda ser ejercido sin necesidad de recurrir a la enseñanza privada. Por ejemplo, en el barrio en el que vivo, Donibane-San Juan, los hijos e hijas de aquellas familias que quieran ejercer su derecho de vivir la enseñanza en euskera, para que puedan luego vivir en euskera, tienen que emigrar a otros barrios. Si se implantase el modelo «D» nos hablarían de imposición...

No les ocurriría lo mismo a esas familias si quisiesen enviarles a un colegio público bilingüe español-inglés. Modelo, por otra parte, que no fue «impuesto»... Hay que recordar que su presencia en los centros públicos es gracias a las movilizaciones populares que, bajo los eslóganes de “Navarre on foot-Navarra a pie” o “Corriendo/Running” se produjeron masivamente, se arrancó de la administración de la Comunidad.

Por ello, y para evitar que este tipo de polémicas lo mejor sería que todo el mundo ejerciese su Derecho a conocer y usar el vascuence, derecho reconocido por ley y al alcance, aunque como he dicho más arriba, con sus limitaciones, de toda la ciudadanía. Y que no se me malinterprete. No estoy hablando de obligación. Aquí, en esta parte del país únicamente hay un idioma obligatorio, y ese no es el euskera o vascuence.

Como decía más arriba: Estoy hablando del ejercicio de un Derecho. Si tienes ese Derecho y no lo usas, es únicamente tu responsabilidad el que no puedas acceder a determinadas actividades, puestos de trabajo...

Lo mismo que teniendo derecho al voto, si no lo ejerces... no tendrás derecho a protestar.

Orreaga Fundazioa