La transición a una sociedad más sostenible, es decir, a una sociedad más respetuosa con el medio ambiente y más justa socialmente, supone aceptar compromisos ambientales concretos, que se extiende en todos los campos de la actividad humana.

Las fiestas, entre otros eventos públicos, son uno de los momentos más celebrados en Navarra, a través de los cuales se manifiestan distintas cuestiones de diversa índole, desde tradiciones, a manifestaciones de sentimientos colectivos. Y también en esos momentos y en esos espacios es necesario actuar de acuerdo al medio ambiente y al entorno. Esto quiere decir, trabajar para que la fiesta, u otros eventos, genere la cantidad mínima de residuos posible y que estos sean recogidos de forma separada, para que puedan ser posteriormente reutilizados y reciclados, y se ahorren recursos energéticos, entre otras cosas. Aunque también habría que decir que fiesta y sostenibilidad son elementos un tanto contrapuestos y cabe preguntarse si hace falta tanto consumismo en fiestas, y en la vida cotidiana, pero esta cuestión la dejaré para otra ocasión.

El pasado 17 de abril el Gobierno de Navarra aprobó un Decreto Foral de Eventos Públicos y Sostenibilidad, elaborado por el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, para prevenir la generación de residuos y mejorar su gestión y la sostenibilidad ambiental en los eventos públicos. El decreto cierra la puerta a los plásticos de un solo uso en los eventos públicos promovidos por la Administración.

El consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Maria Aierdi, señaló que “este decreto es un paso importante en la política de cero residuos, en este caso, en los eventos promovidos por las Administraciones públicas y cuya actuación debe ser ejemplarizante”. “Es también una manera de entender que la gestión correcta de los residuos debe incorporarse a todos los ámbitos sin excepción y que también es posible en eventos excepcionales o multitudinarios. Además, con este decreto se combate también un fenómeno importante que hay que abordar como es el de la basura dispersa, es decir, aquella que queda abandonada en el entorno”.

También vino a decir que el Decreto Foral será de aplicación para todos los eventos que se celebren en la Comunidad Foral que estén patrocinados, organizados o subvencionados por las administraciones públicas y/o para aquellos que requieran de licencia o autorización especial o autorización administrativa expresa, de conformidad con lo previsto en la ley foral reguladora de espectáculos públicos y actividades recreativas, o normativa que le sustituya.

El decreto será de aplicación también en situaciones como los Sanfermines o las fiestas patronales de las localidades navarras. “Habrá diferentes actividades que deberán cumplir los objetivos”, explicó el consejero. El Decreto Foral entrará en vigor a los 12 meses de su publicación en el Boletín Oficial de Navarra (BON), y, por tanto, la norma todavía no estará en vigor para estos Sanfermines.

Bienvenida sea la norma, si realmente sirve para que se eviten las escenas que vemos en los Sanfermines y en la mayor parte de las fiestas de nuestros pueblos, en los que las calles y plazas son auténticos vertederos, y se recojan la mayor cantidad de residuos de forma separada y se puedan recuperar posteriormente.

De primeras, diré que no entiendo por qué el decreto haya tardado tanto tiempo en aprobarse, ya que existía un proyecto de decreto en 2022. Además, bastantes cuestiones de las que plantean en el Decreto Foral de Eventos Públicos y Sostenibilidad ya están recogidas en Ley Foral 14/2018, de 18 de junio, de Residuos y su Fiscalidad, una ley pionera en el conjunto del Estado español, modélica y muy ambiciosa, aprobada hace seis años y que son de obligado cumplimiento.

Pero dejando de lado este tipo de cuestiones, hay algunas otras cosas que me llaman la atención, cómo cuando se dice en el citado decreto foral que “se fomentarán un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) siempre que dicho sistema esté implantado en la Comunidad Foral o en la entidad local en la que se desarrolle el evento”... Entonces, para ¿cuándo?

Digo esto, porque en la Fey Foral de Residuos y su Fiscalidad ya se planteaba la realización de una prueba piloto para la posible implementación del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), y no se ha hecho aún. Hacer alusión al fomento del SDDR en los eventos públicos, es no decir nada.

Al igual que el caso del SDDR, se podría aplicar a otras cuestiones que se señalan en el Decreto Foral de Eventos Públicos y Sostenibilidad, como cuando se dice que “se deberá ofrecer la posibilidad de beber agua del grifo en vasos o botellas reutilizables, de forma gratuita y complementaria a la oferta del establecimiento”, cuando eso ya está considerado en la citada ley. Y, podría seguir con más ejemplos.

Pero también al calor del Decreto Foral, me surgen diversos interrogantes, como ¿los vasos reutilizables que, en los últimos años se fomentan tanto sirven para algo, cuando en un porcentaje bastante alto los organizadores los recojan al final y los destruyen, yendo al vertedero? ¿Cómo se va a regular la venta en supermercados y tiendas de los elementos esenciales de un botellón, como las botellas de plástico, bolsas de plástico...?

El Decreto Foral aprobado por el Gobierno de Navarra el pasado 17 de abril, 18 meses después de que se elaborara un proyecto de decreto, llega tarde, y todavía tardará en aplicarse doce meses más, para decir bastante poco. La mayor parte del decreto son definiciones y recomendaciones, y la parte normativa obligatoria es mínima, y fundamentalmente está recogida en la Ley Foral de Residuos y su Fiscalidad u otras legislaciones.

El autor es experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente