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Tribunas

Interactuación con los animales

Interactuación con los animalesCedida

Hemos convivido con diferentes especies en la naturaleza desde que éramos humanoides primitivos, y empezamos domesticando a los lobos, posteriormente a caballos y ganado. Con el tiempo, a medida de que evolucionamos y conquistado en el planeta, hemos ampliado el abanico de especies de animales en compañía de vida, y con nuestro progreso hemos conquistado horizontes, pero con el coste de ir destruyendo espacios naturales, llegando a ser la peor especie invasora.

Las barbaridades cometidas por el hombre como destrucción de hábitats, extinción de especies, incluso la alteración del clima, se han desarrollado, leyes y concienciaciones en defensa del medio ambiente y los animales, lo cual es un logro dentro de nuestra sociedad. Al mismo tiempo ha crecido el respeto hacia los animales, sabemos más de ellos por la ciencia, pero también han surgido ideas de animalismo radicales que no solo condenan el maltrato animal, para mí bueno, sino que arremete, para mí malo, contra la conservación de animales por el hombre. Admito que se han cometido muchos atropellos contra la biodiversidad, resultado del tráfico ilegal de especies y de la caza indiscriminada, pero la cría y la tenencia responsable de ciertas especies también ha ayudado a su conservación, que de otro modo podrían extinguirse, logrando se puedan procrear, con la posibilidad de reintroducirse en su hábitat original, siempre que las condiciones climáticas sean las idóneas.

Esto nos ha llevado al punto de que que hay quienes entienden y redactan leyes, de que reptiles de más de dos kilos, mamíferos de más de cinco kilos, muchas psitácidas, rapaces, pongo ejemplo, sean ilegales en el Estado español, destruyendo con ello el CITES, y anulando la posibilidad de reproducir especies amenazadas, convirtiendo a los poseedores de esos animales detallados en lista acuciosa y por imperativo de dicha ley, en delincuentes, objeto de persecución y castigo con multas de muchos euros.

Esto es el el extremismo que mucha gente mantiene con su animalismo y su visión humana de los animales copiada o señalada de redes, de la televisión, de Internet, la de exterminar animales llamados dañinos ha pasado al extremo de sobreprotegerlos de un modo bestial que no ha sido bueno ni para los mismos animales. Esto no es proteger a la fauna ni luchar contra el maltrato animal, sino fanatismo y tiranía.

También se habla mucho de que hay que prohibir animales exóticos por el tema de especies invasoras, cuando en Europa esas especies exóticas sólo ocupan el 2% de las de terrarística, y menciono entre ellas el galápago de Florida, la serpiente del maizal y la serpiente rey de California en Gran Canaria abandonadas de mala manera como los gatos que se asilvestran, pero al mismo tiempo por coger o mantener cangrejos traídos de Norteamérica, te clavan 50 euros de multa por cada cangrejo, y hay muchos casos igual. De desconcertantes o ambiguos.

Se han dado casos de aves exóticas que han resultado ser invasoras, como la cotorra argentina y de mamíferos invasores, como el mapache, pero esto no se arregla prohibiendo la tenencia responsable de animales ni tratando con la misma vara a todo poseedor de mascotas exóticas o mejor llamadas no tradicionales, desde la más pura teoría, porque si hablamos de lo extraño, si una pitón lo es, por la misma regla a una oveja o una cabra, que nos vienen de oriente, siendo ambos más alteradores del paisaje que los animales de terrarística, y si seguimos con la regla de especies exóticas la mayoría de los perros y gatos también lo resultan, tanto como un mapache, un coipú o rata almizclera, porque su procedencia viene de otros mundos, tal como venimos nosotros de África.

En nuestra definición cultural hemos idealizado mucho el término animal salvaje o doméstico, así como perro doméstico o lobo salvaje, o gato doméstico o serval salvaje, también hay perros asilvestrados mezclados con lobos, como hay cerdos asilvestrados que hacen lo mismo con jabalíes. El ser silvestre o doméstico no tiene tanto que ver con la especie sino con la crianza del animal, no es lo mismo un gato callejero desde que nació que un gato doméstico criado así desde que nació, no se puede medir con la misma vara a todo.

Las leyes que se hacen sobre los animales muchas veces carecen de lógica debido al idealismo que nos hemos creado con los animales. No tiene ningún sentido que te condenen dos veces por el delito de coger un reptil en la naturaleza, que no te den permiso para coger cinco reptiles juveniles en estado silvestre para conservarlos responsablemente en casa, incluso criarlos, como se hace con otras especies y que sí lo den para explotar brutalmente un parque natural como el de Doñana hasta casi desertificarlo y de paso con muchas pistas de circulación de vehículos a casi todas partes, en un enclave esencial para el camaleón común y el lince ibérico.

Entre este desastre, al empresario de la tienda Artroposfera Fran, el Miteco/ Ministerio de Transición Ecológica, prescindiendo de las órdenes del nuevo ministro de Derechos de los animales, José Ramón Becerra, quien afirmó que no seguiría con el proyecto del anterior director, de decomisar mascotas con las características descritas en esa ley, se le presentaron agentes en su casa tratándole como si fuera un terrorista, pues mantenía un cocodrilo enano africano nacido en la UE, con su CITES y criado 9 años en su nave, hasta que los abogados e incluso personal del gobierno recabaron que era injusto e inconstitucional ese acto.

En Países bajos, Alemania, Reino Unido... se dan permisos para poder coger cinco ejemplares de un reptil o un anfibio joven, para la conservación y cría en cautividad, lo cual ha permitido el vínculo cercano con los animales y se han cortado carreteras en las cuales pierden la vida miles de animales, empezando por reptiles y anfibios. En Estados Unidos se han criado y recriado los animales, empezando por los búfalos que fueron vilmente exterminados por colonos y hoy ya no están amenazados, así las serpientes de cascabel, lobos y osos, y ahora apenas hay especies amenazadas. Creo que el ejemplo de estos países ayuda a la supervivencia de las especies en sus nichos ecológicos, y permite mantener una tenencia responsable de animales no tradicionales.

Con los animales peligrosos en vez de prohibir, tipo inquisitorial, debería regularse su tenencia como se hace en esos países mencionado, que el que se quiera hacer cargo de un animal peligroso, se dé de alta en un registro, informe a las autoridades competentes del animal del que dispone, las condiciones aptas para dicho animal, lo meta en un registro, que mantenga un seguro de responsabilidad civil. Conservar animales de manera responsable en nuestras vidas no es atentar el medio ambiente ni amenaza a la biodiversidad, ni a la seguridad ciudadana.

El autor es técnico agroforestal