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La carta del día

No hay dos sin tres

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Dice el refranero que a la tercera va la vencida, pero eso está por ver. Porque también dice que no hay dos sin tres, y ya van dos los disgustos que llevamos en materia de coordinación y seguridad en lo que va de año. Nos referimos a decepciones, esperanzas frustradas, acuerdos que no terminan de concretarse y en definitiva, deberes sin hacer.

El martes 27 de mayo era la fecha elegida para celebrarse la Junta de Seguridad, un órgano destinado a “coordinar la actuación de la Policía Foral y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado”, como recoge nuestra (querida en algunas ocasiones, olvidada en otras) LORAFNA. Da casi risa, por no llorar, saber que esta Junta de Seguridad que el Gobierno de España sí ha convocado y celebrado en otras comunidades autónomas (como Cataluña o el País Vasco), aquí lleva desde 2011 sin reunirse. Y no será por falta de ganas de quienes nos dedicamos al ámbito de la seguridad pública en Navarra, quienes lamentablemente estamos casi acostumbrados: ya el año pasado, la Junta se suspendió en 2 ocasiones…

¿Acaso no ha cambiado la sociedad navarra desde 2011?¿Siguen siendo sus problemas, sus dificultades, sus retos, los mismos que entonces?¿Y los niveles y tipos de criminalidad? Resulta obvio que la respuesta a estas preguntas es un rotundo “no”. Contamos con unas tasas delincuenciales que aunque algunos sectores de la clase política se preocupen por maquillar, son muy preocupantes. Los hombres y las mujeres que se dejan la piel día a día en la calle para contener y reducir esas cifras, lo sabemos; las víctimas de los delitos, lo saben. Pero mientras tanto, hay cargos políticos y líderes de opinión que se ocupan y preocupan de buscar aquellas cifras que oculten su inactividad o su incapacidad para gestionar la cosa pública.

Según el Balance trimestral de criminalidad elaborado por el Ministerio del Interior, en el primer trimestre de 2025 se conocieron en Navarra 8.255 infracciones penales. Pensémoslo bien: al menos, 8.255 víctimas. Destaquemos algunas de ellas: 2 homicidios dolosos o asesinatos consumados; otros 9 en grado de tentativa; 110 relacionados con lesiones o riñas; 86 contra la libertad sexual; 111 robos con violencia o intimidación; 322 robos en domicilios y establecimientos; 1.715 hurtos; 1.687 ciberdelitos.

Podemos compararlo con el mismo período del año anterior, y sin duda hay quien se congratulará destacando algunos indicadores y olvidando otros. Pero lo que no podemos olvidar, ni maquillar, ni pasar por alto es que sin efectividad policial, sin coordinación, sin colaboración adecuada, estos números seguirán creciendo. No podemos congratularnos mientras haya una sola víctima; no hay persona que no merezca ser protegida. Y para eso estamos la policía, como parte imprescindible del engranaje de la seguridad de las personas que viven en nuestra tierra.

¿Cómo podemos los cuerpos policiales lograr una cooperación eficaz si seguimos con los mismos esquemas de funcionamiento, de relación, que entonces? ¿Cómo podemos asumir nuevos retos, nuevas competencias, si los órganos que deben impulsarlas no cumplen con su deber?¿Podrían compartir qué dificultades hay para hacerlo? Tal vez las organizaciones que representamos a los policías podemos ayudar. Queremos saber lo que sucede, porque nuestro futuro (el de la Policía Foral, por supuesto, pero el de la seguridad pública de Navarra, también) está en juego. Necesitamos ya que se celebre la Junta de seguridad. No nos vuelvan a decepcionar.

El autor es presidente de la Agrupación Profesional de Policía Foral