Osasuna, como reza el lema del Liverpool, nunca camina solo. Ya no sólamente le ocurre al masculino, sino que cada vez es más común que el primer equipo femenino se encuentre arropado por algún aficionado en sus desplazamientos, síntoma de que, aunque en menor medida, el conjunto rojillo engancha. En Murcia no fue menos y de hecho alguna excompañera presenció en la grada el primer golpe en la mesa de las pupilas de Josu Domínguez en la ida de la semifinal del play off de ascenso a Liga F. 

La malagueña Arantxa Medina, que dejó la entidad en el mercado invernal, estuvo en las gradas del José Kubala animando a las que hasta hacía poco habían sido sus compañeras. Medina aterrizó en Pamplona con la temporada 21/22 en curso, para recalar en el filial. La temporada siguiente fue parte del primer equipo, donde permaneció un curso y medio hasta que regresó a su Málaga natal en el pasado mercado de invierno, después de llegar a un acuerdo con la entidad rojilla para romper el contrato que unía a ambas partes, y se enroló en el conjunto malacitano, en Segunda RFEF.